Ganar y rezar, esas son las bazas en las que se ampara el Real Betis para esta recta final de Liga donde no vale otra cosa que ir sumando de tres en tres para no ver alejarse aún más la salvación.
Cuando la situación que vive un equipo como el Real Betis poco o nada queda por hacer más que rezar y rezar para que la diosa fortuna se ampare de una vez por todas en el Real Betis y así poder soñar con esa ansiada permanencia, por otra parte cada vez más difícil y complicada. Una salvación que se va alejando paso a paso y partido a partido. Ell sueño de la salvación se va desvaneciendo poco a poco sin que nada ni nadie lo pueda ir remediando y es que no hay tiempo material ni ingredientes en esta cocina para dejar en la mesa un plato que cuanto menos sirva para rebañar el plato con ese estómago agradecido a la buena mano de la cocinera que le ha arrancado una sonrisa.
Pero en este Betis las sonrisas y las alegrías se sirven en platos pequeños esta temporada y eso ha dejado al Betis contra las cuerdas para esta recta final donde pese a que se sigue creciendo y soñando en la remontada y el milagro, cuesta cada vez más. El palo europeo pesa demasiado y en el terreno de juego no gana ni cuando hace los deberes como el pasado domingo frente al Atlético de Madrid. Gabriel Humberto Calderón, que conoce bien a la afición verdiblanca, quiere morir matando y como si del mismísimo General Custer se tratara hacerlo en caso de caer con las botas puestas, o lo que es lo mismo dando la cara y mostrando ese orgullo que todo profesional debe poner, algo que se demandaba de un tiempo a esta parte y que desde la llegada del argentino se ha recuperado. El sueño continúa, pero ojo, sólo queda ganar… y seguir rezando. Twitter: @tara11ara Foto: QUICO PÉREZ VENTANA @perezventana
