La afición del Real Betis dio su último adiós a Miki Roque, tristemente fallecido hace una semana con una misa con los suyos, su familia, su club y su afición y como no, en el Benito Villamarín.
Despedida a lo grande, como merece Miki Roque, que nos dejaba después de estar mucho tiempo luchando hasta el final con una larga y dura enfermedad que arrebató los sueños e ilusiones de un joven con mucha vida aún por delante y a quien el caprichoso destino nos lo arrebata sin tiempo para nada más. El Betis quiso darle su último adiós mostrándole todo su cariño, con esa afición que siempre ha estado ahí, acompañándole aunque desde la distancia, pero siempre teniéndole muy presente en ese minuto 26 que ya será eterno. El escenario fue el césped del Estadio Benito Villamarín que acogió la ceremonia exequial en recuerdo de Miki, un acto en el que estuvieron presentes los padres y la hermana del jugador. Además del padre Martín Sarmiento intervinieron en la ceremonia Pepe Mel, Miguel Guillén, el doctor Tomás Calero y Olga Roqué, hermana de Miki, que leyó una emotiva carta dedicada a su hermano. Albinoni, Pau Casals, Mozart y el Himno del Centenario conformaron la partitura de la ceremonia exequial, en la que en todo momento participó la afición coreando a Miki Roqué.
Para poner punto final el club comunicó que se retirará el dorsal número 26 de Miki Roque, haciendo entrega a la madre y familia del futbolista de una camiseta, en un acto simbólico pero lleno de sentimiento por parte del presidente Miguel Guillén, Goitia y Cañas, capitanes del Betis y dos representantes de la familia, Cañas y Beñat. Numerosos representantes del mundo del deporte estuvieron en esa última despedida a Miki Roque que desde el Cielo puede estar orgulloso de la huella y la herencia que nos ha dejado: la de un hombre que pese a no vencer su lucha con su grave enfermedad, si nos dio un ejemplo de lucha y superación a todos, su mejor legado. Twitter: @tara11ara
