El Cielo o la tierra, entre ambos está el Betis en estos momentos en los que sólo un punto le separa de esa gloria futbolística que le puede llevar a cerrar una temporada de lo más brillante.
Un punto, eso tan insignificante pero a la vez tan importante es lo que separa al Real Betis de la gloria futbolística que en este caso se llama competición europea, un premio que a principios de temporada se veía como lejano y si me apuran excesivo teniendo en cuenta que la plantilla se hizo una vez más sin ese talonario del que gozan otros, y con grandes dificultades. Pero las jornadas pasaron, el trabajo bien hecho fue dejando sus frutos y con ellos una primera vuelta de campeonato de escándalo, que dejaba al equipo de Pepe Mel muchísimas jornadas no sólo en esos puestos europeos de privilegio, sino también incluso en los de Champions League. La segunda vuelta no fue como la primera y eso hizo que si bien no perdió su condición europea, sí le dejó sin optar a la Liga de Campeones. Así llega el Betis a esta última jornada, con el objetivo de la permanencia más que cumplido, mucho antes de que finalizara la temporada, y ahora con el regalo para el beticismo, el de llegar a lo más alto pese a que no era este el objetivo prioritario para los verdiblancos. El trabajo tuvo premio con el añadido de luchar por estar en Europa. y de otro, el ver como el fútbol también está hecho para los que tienen menos recursos económicos.
El Betis ha ido cumpliendo etapas y llega a la última jornada de Liga muy vivo, luchando por todo, aunque a expensas de un punto para tocar la gloria. Sólo un punto para poder llegar a lo más alto o quedarse con la miel en los labios, lo que sin duda sería un injusto castigo para un equipo que de la mano de Pepe Mel sigue creciendo partido a partido y día a día. Llega la hora de la verdad, la de confirmar todo lo bueno hecho este año, el de refrendar el trabajo serio, entregado y dedicado en cuerpo y alma de una plantilla que va a la par, que sabe callar los problemas y disfrutar del momento, ya sea desde el once inicial, desde el banquillo esperando la oportunidad de jugar, o en la grada animando a sus compañeros. Ese ha sido sin duda el gran éxito de Mel. Pero todo lo hecho hasta ahora no vale de nada sino se pone una guinda, ese caramelo que el beticismo ha tenido en la boca durante todo el campeonato liguero, y que ahora quiere disfrutar al máximo después de un año para enmarcar, donde ha sido capaz de aparcar los problemas para seguir creciendo y labrando el futuro de este nuevo Betis, que si cumple su parte del guión, ya que depende de sí mismo, jugará la temporada 2013/2014 la Europa League. Twitter: @tara11ara