¿A qué juega Marcelino? Sin duda esa es la pregunta que más de un sevillista se habrá hecho en el día de hoy después de ver como el técnico reconoce que «en ciertas fases de los partidos yo también me pregunto a qué juega este Sevilla Fútbol Club». Pues que nos cojan confesados…
Siempre he admirado la sinceridad en un profesional del mundo del fútbol, ya sea jugador, entrenador… pero cuando esa sinceridad va unida de una infinita torpeza, la misma se convierte en la mayor estupidez. Un gesto de sinceridad que termina por pasarle factura y por crear un murmullo en el ambiente merced a la duda que genera la manifestación del protagonista de turno. Y eso es lo que le ha pasado a Marcelino García Toral. El técnico del Sevilla Fútbol Club se ha metido en un charco casi sin darse cuenta gracias a su torpeza dialéctica. «Hay ciertas fases de los partidos en los que yo también me pregunto a qué juega este Sevilla». ¿Conclusión? ¡Apaga y vámonos! Pero ¿cómo puede un profesional del mundo del fútbol y máximo responsable de la parcela deportiva de su equipo decir que hay momentos en los que no sabe a qué juega su equipo? ¿Pero no le han contratado precisamente a él para eso, para que sepa el Sevilla a lo que juega? ¿Qué habría pasado si en lugar de decir eso un asturiano lo hubiera dicho uno de El Arahal? Tranquilos, ya se lo digo yo. Lo habríamos crucificado. Desde el primer periodista al último aficionado pasando por el hombre más importante del mundo después del Papa, como le gusta denominarse a José María del Nido Benavente. ¿No hay nadie que le haya dicho al técnico que para que coño está entonces él? ¿No se da nadie cuenta de que le viene el barco grande a este marinero del norte y con sabor a sidra? Pero esta perla que destaco no es la única que nos ha regalado Marcelino, como bien titulaba mi amigo Nacho Mateos en NUMBER 1 Sport.es, diminutivo de Marcelo (Bilesa para los más despistados). También reconoce que «tenemos que coger hábitos de equipo». ¿Y a cuando va a esperar para cogerlos? ¿Cuando acabe la Liga? ¿O cuando los objetivos por los que lucha el equipo sean ya misión imposible».
«Nos falta continuidad por lo que sea». Con dos cojones y se queda tan ancho el tio. Por lo que sea… Vamos que ni se ha preocupado en buscar el motivo por el que este equipo, por llamarlo de alguna forma, es más intermitente que un semáforo ámbar cuando termina el plazo para que cruce el peatón. ¡Un poquito de por favor míster! ¡Un poco de respeto a este afición centenaria que tiene motivos más que suficientes para estar cabreada con usted y el presidente que no se gasta el dinero en lo que le hace falta a este equipo. ¿Cuánto hemos oído lo de que hacían falta centrocampistas? Nadie se había equivocado o al menos nadie lo reconocía. Vinieron Medel y Rakitic y el equipo se metió en la Europa League precisamente gracias a ello. Este año se ha advertido por activa y por pasiva de la necesidad de traer un delantero, pero no, Manu del Moral es el delantero. ¡Olé, que arte! Y se queda tan ancho el que lo dice y el que trajo al que lo dice. ¿Le están tomando el pelo al sevillismo? Y si todo esto era poco advierte el técnico nervionense que «tenemos que jugar los 90 minutos con la misma intensidad». Pero no se vayan todavía que aún hay más. «El mal del Sevilla es que su respuesta como equipo es tremendamente irregular». Pues insisto en lo mismo. ¿Y usted para que ha venido aquí? ¿Para empaparse del arte de esta singular tierra? ¿Para comprobar que la Feria de Abril y la Semana Santa son las fiestas de las fiestas de España? ¿O para entrenar a un equipo que ha sido grande los últimos años y que necesitaba un cambio en toda su estructura y precisamente hacerlo otra vez un equipo? Tercera planta incluída… La pregunta es clara. ¿A qué juega el Sevilla? ¿Y sus dirigentes? ¿A qué juega Marcelino? La respuesta también está clara: Ni él mismo lo sabe. Como siga así le va a quedar pendiente para septiembre… Twitter: @tara11ara