El caso de Koffi Ndri Romaric es cuando menos desconcertante. Al menos para mí es así. Se trata de un jugador aún joven, pero con experiencia en Primera División y también en Liga de Campeones. Es un futbolista fuerte que se maneja en el medio del campo, estando dotado de una excelente técnica. Puede jugar de medio centro defensivo y de organizador. Parece ideal para el Sevilla actual, pero, sin embargo, es de los primeros de la lista de transferibles.
Tengo que decir que es un jugador que me gusta bastante, aunque no puedo dejar de reconocer que nunca rindió como se esperaba y que tuvo problemas extradeportivos, por mucho que él se empeñe en negarlo. La mayoría de las veces que ha jugado, se mostró como un jugador desesperantemente lento en la conducción del balón, llegando por momentos a parecer hasta apático y poco implicado. Sin embargo, uno le escucha hablar y casi se entusiasma de nuevo con él. Da la sensación de tener las ideas claras, de saber perfectamente lo que tiene que hacer, de conocer el camino para triunfar. Además, también ha dejado momentos sobre en césped en los que se vio de lo que es capaz. ¿Qué problema tiene este jugador? ¿Motivación? ¿Compromiso? ¿Concentración? ¿Falta de madurez? Porque lo que tengo más que claro es que si algo no le falta, es calidad técnica y fortaleza. Para su descargo, hay que tener en cuenta que Romaric llegó para empezar a tomar el relevo en el medio del campo de la plantilla de los títulos. Y el peso de la comparación es demoledor, lo cual pasa factura. Pero debemos recordar que fue titular indiscutible en un equipo que quedó tercero en la liga, y eso no deja de ser sintomático. Y más que eso incluso, que, salvo Medel y el Rakitic del final de la pasada temporada, ninguno de los centrocampistas que han venido posteriormente le han mejorado. Para colmo, Romaric tiene una cosa de la que carecen otros: las ganas de triunfar aquí, lo cual ha dejado claro (de palabra) por activa y por pasiva. Ha llegado a decir que estaría dispuesto a hablar sobre una bajada de sueldo. Creo que estas cosas también hay que tenerlas en cuenta a la hora de juzgar a las personas. Ahora tiene otra oportunidad. Michel ha dicho que le quiere ver en pretemporada, aunque Jiménez, su gran valedor, se lo quiere llevar al Zaragoza. No seré yo quien ponga la mano en el fuego por este jugador, pero a mí me da que aún está por explotar, que aún tiene dar lo mejor de si mismo. Y su perfil viene que ni pintado para las necesidades que tiene el Sevilla. Sobre todo si llega una buena oferta por Rakitic y se traspasa al croata. La verdad es que lamentaría bastante que con este futbolista ocurriera algo parecido que con Koné, a quien se dio por acabado y casi se regaló, y acabó por volver a ser el que fue. Aquel por el que el Sevilla pagó el mayor traspaso de la historia hasta entonces. Y aunque es cierto que tiene a un buen sector de la afición en su contra, también lo es que esa imagen se da la vuelta como un calcetín sólo con encadenar varios partidos buenos. No sé qué pasará finalmente con Romaric, no estoy seguro de si a Michel le gustará tanto como para convencer a la directiva de que asuma su importante ficha, o como para hacer lo propio con el jugador para que se la baje. Lo más probable, no obstante, es que se vaya. Si es así, espero que no nos arrepintamos luego porque, como decía al principio, a mi este jugador me provoca un enorme desconcierto y no tengo nada claro cual debería de ser la decisión idónea. Twitter: @Ravesen_
