Corren aguas turbulentas en Nervión. Tras la bomba informativa que generó Monchi, llega la de la marcha de Unai Emery. Todo en plena planificación de la temporada 2016/2017, que sufre un evidente bloqueo por los vaivenes en el club sevillista.
No pueden estar tranquilos en Nervión ni una semana. Tras los hechos acontecidos con Monchi la semana pasada, en la que pareció tambalearse la planificación de la temporada venidera, llega un nuevo culebrón. Emery parece estar cerca del PSG, equipo cuya oferta millonaria está seduciendo al entrenador vasco. Cuando parecía que la planificación podía coger carrerilla, vuelve a frenarse. Negociar con jugadores, valorar los descartes, estudiar los puestos a reforzar. Todo depende de la conjunción entre secretaría técnica y entrenador, y lo cierto es que en el Sevilla no han podido realizar esta función al 100% en estas dos semanas. El boceto de refuerzos parece trazado, la línea a seguir en la planificación, también, pero la marcha de Emery podría suponer borrón y cuenta nueva.
Si, definitivamente, se acaba marchando Unai, el entrenador que llegara en su lugar tendría voto en la planificación. Tendría voto en las negociaciones, refuerzos, descartes y, en definitiva, en su plantilla a trabajar. Por ello, la planificación del Sevilla parece estar bloqueada hasta nuevo aviso. Más pendiente de que las aguas se calmen para saber si continuar o si, por el contrario, debe rehacerse. En esta situación quien pierde es el Sevilla. Como club, necesita que los plazos marcados se cumplan sin que ningún impedimento los retrase y, hoy por hoy, parece encontrar continuas trabas para desarrollar su planificación. Las próximas horas serán claves. En ellas el club decidirá cómo encauzar una planificación que solo necesita continuidad en su ejecución. El tiempo no corre a favor del Sevilla. Twitter: DAVID RUIZ @DavidRM19 Foto: QUICO PÉREZ VENTANA @perezventana