Las comparaciones son odiosas. Eso lo sabemos todos, a pesar de que todos las hacemos con frecuencia. Es algo natural: si queremos saber si mejoramos o empeoramos en algo, es obligatorio llevar a cabo comparaciones. No hay otra manera de hacerlo.
Este verano, anda buena parte del sevillismo con la ilusión desbocada debido al interesante elenco de fichajes que ha hecho el club. A mi también me pasa, pero no por los fichajes en sí, sino por el entusiasmo que desprenden quienes conocen a esos fichajes. Porque tengo que reconocer que yo, aparte de Nico Pareja y de Marko Marin, no he visto ningún partido completo de ninguno de ellos. Claro que uno se fía de según qué personas (que sí que los conocen) y si ellos dicen que son buenos, pues yo me lo creo y me ilusiono. Esto de la ilusión del aficionado es un clásico de estas fechas. Y mucho más cuando, después de un par de temporadas malas, se lleva a cabo una revolución de la plantilla como está ocurriendo este año. Sin embargo, nunca faltan los agoreros. Los siempre negativos. Los que todo lo ven mal. No estoy hablando de los que nos recuerdan que aún estamos en pretemporada y nada de lo que se está haciendo vale un pimiento si luego la pelotita no entra cuando tiene que entrar. Más que nada porque yo soy uno de ellos. Yo soy de los que piensan que la ilusión es humo, que no es nada concreto, que aún no se ha hecho nada y está por ver que se haga. Me refiero a los que nos recuerdan continuamente que sí, que el equipo se ha reforzado mucho, pero que se han ido los dos jugadores más determinantes (Negredo y Navas) y que si el año pasado fue tan malo contando con ellos dos, su ausencia puede ser un drama si los nuevos no responden. Lo primero que se me ocurre ante este argumento es que es una perogrullada. Por supuesto. Si los nuevos no funcionan y los buenos del año pasado ya no están, pues mala cosa. Obvio. Y lo segundo es que, si te vas a meter a hacer un análisis (a hacer comparaciones, esas que son tan odiosas), pues habrá que hacerlo bien (o más o menos), no quedarte en la superficie. Sin necesidad de profundizar demasiado, creo que está claro que el Sevilla va a jugar de un modo muy diferente a como lo hizo el año pasado. Interiores más que extremos, laterales de largo recorrido, mucha velocidad en la media punta, mucha movilidad en la delantera….
Así, a bote pronto, a uno se le ocurre que si el Sevilla no va a jugar con extremos ni con un delantero centro de referencia, a Navas y a Negredo no se les va a echar demasiado de menos. O al menos no se debería si se va a jugar así. Otra cosa es que los jugadores que estén, rindan, pero no es ese un estilo de juego demasiado propicio para aquellos. Aparte, el gran problema del Sevilla del pasado año no fue tanto el gol, sino la defensa. En general, el sistema defensivo del equipo. Si Emery soluciona eso, si los fichajes son los idóneos para el nuevo estilo de juego (quienes saben de esto aseguran que, a priori, sí) y si al final acaban rindiendo, creo que echaremos de menos a Navas y Negredo más o menos lo mismo que lo hicimos en 2005 con Sergio Ramos y Baptista. Si no es así, si no hay soluciones y/o rendimiento, pues ocurrirá como cuando se fueron Poulsen, Keita, Adriano, etc. Que el equipo pegará un bajón. Lo que pasa es que el bajón de hace unos años era de Champions a quedarse fuera de Europa, y el bajón ahora es para mejor no pensarlo. De todos modos, creo que, en principio, podemos ser moderadamente optimistas. Parece que el equipo se ha reforzado muy en consonancia con el estilo que se pretende aplicar. Parece que, por fin, vamos a tener banquillo, fondo de armario, soluciones para partidos que se atascan y relevos para jugadores lesionados, sancionados o necesitados de descansos. Parece. Lo que si que tengo claro es que, para mí, Negredo y Navas son pasado. Están en el recuerdo, pero creo que el Sevilla que se está formando es lo bastante diferente al del año pasado como para acordarse de los dos mejores jugadores que teníamos entonces. Falta, como vengo diciendo, que el equipo rinda, pero creo que esa comparación carece de demasiado sentido. Twitter: @Ravesen_
