Del mejor presidente de la historia al Del Nido vete ya

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Number1 opina, Sevilla FC

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Las cosas están cambiando en Nervión y desgraciadamente para mal. En unos años se ha pasado del mejor presidente de la historia a lo vivido ante el Málaga, con gritos de «Del Nido vete ya».

Siempre se ha dicho que el poder corrompe, o cuanto menos no me negarán que acomoda. El ejemplo de los Estados Unidos, siempre por delante, debería servirnos de ejemplo al no poder repetir presidencia más de una cantidad de años; sin duda la mejor forma de hacer que alguien termine creyéndose el dueño del cortijo, que es lo que ocurre en este bendito país donde los políticos nos llevan a la ruina a los que siempre pagan los platos rotos: el humilde y sufrido trabajador.

En el Sevilla FC viene ocurriendo lo mismo. Del Nido, se convirtió por méritos propios, en el mejor presidente de la historia. Basta mirar su curriculum al frente del club para comprobar su magnífico y brillante bagaje como máximo mandatario sevillista, sólo superado por Laporta y poco más en esos años de euforia y títulos correlativos que sirvieron que el Sevilla se convirtiera en un modelo de gestión, en lo deportivo y también por supuesto en lo económico.

Pero el poder, el éxito, y la euforia, nublaron la vista de un hombre ganador y ambicioso donde los haya. Del Nido, que hasta ese momento se había rodeado de un equipo fiel y entregado, que en algunos casos nos pasó factura a algunos de los que estuvimos en primera línea de batalla. Los ‘hombres klinex’ (Consejeros, periodistas, ‘amigos’…) de Del Nido pasaron a la historia porque el hombre más importante del mundo después del Papa, cometió el grave error de creer que el éxito era suyo sólo.

El éxito le nubló tanto, que de delegar en sus hombres de confianza, dejó que su amigo y Consejero Manuel Vizcaíno controlara muchas facetas desconocidas para él, entre ellas la de unos medios de comunicación oficiales que marchaban como la seda. Los que antes habían sido hombres de su confianza (Antonio Lappi, Luis Cuervas, Manuel Fernando…) ya no les eran de utilidad; ya saben, ‘la pela es la pela’ y había que mirar nuevos horizontes.

La renovación caprichosa y hecha a dedo también afectó a los medios de comunicación oficiales, donde o entrabas en el sí o sí, o ya no eras válido para un proyecto en el que dejaban de creer todos aquellos que en el pasado se rindieron ante el proyecto ambicioso de Del Nido. Pero ya se sabe que en esta vida, el tiempo nos pone a cada uno en nuestro sitio. Y en este caso no ha sido una excepción.

El Sevilla pasó de tener a Luis Fabiano, Kanouté, Keita, Dani Alves, Poulsen… a los Lautaro Acosta, Babá y compañía. Se pasaba de un equipo ganador para estar en la Champions y acostumbrado a jugar competición europea, Champions o esa Europa League (antes UEFA) que tanta gloria le dio, a ser un equipo ramplón, vulgar e irregular entre Liga y Copa.

Vendía o dejaba escapar a sus mejores hombres, futbolistas de primer nivel, para esa necesaria reconstrucción económica del club, a traer a jugadores de segunda fila en el mejor de los casos. La reconstrucción no estaba bien cimentada, y el tiempo le ha pasado factura a un presidente que ha hecho historia y al que su propio ego le está dañando demasiado después de todo lo bueno hecho en el pasado.

La marcha de José María Cruz, el hombre más importante de este Sevilla FC moderno, y gran gestor de la parcela económica, no fue más que otra declaración de intenciones de que José María del Nido se iba quedando cada vez más solo en este gran Titanic que creó para posteriormente hundirlo él solo por el exceso de vanidad y por dejar tirados en el camino a todos aquellos que le acompañaron cuando este Sevilla aún no había alzado el vuelo.

Del Nido ha cometido el gran error que suelen cometer los que perduran demasiado en el cargo: el éxito les ha nublado, se ha creído que todas las batallas se ganaron por su brillante dirección, olvidando que fueron muchos los soldados que se dejaron la vida en el proyecto; soldados, de cuyas ‘viudas’ e ‘hijos’ se olvidó el presidente nervionense cuando ya no fueron de su utilidad o cuando se atrevieron a decirle aquello de «presidente, ese no es el camino».

Paradojas de la vida, Del Nido, que tan opuesto estaba a ‘Don Manué’, ha cometido los mismos errores del ex presidente bético. Sí, con distinto verbo que el de la Calle Jabugo, con trajes más almidonados, peinándose de distinta forma, e incluso con distintos vehículos de lujo… pero al fin y al caso con el mismo trayecto descendente. Y después de todo lo realizado en los años de más gloria deportiva del Sevilla Fútbol Club, duele ver el ocaso de un presidente que lo fue todo y en el que ya no cree casi nadie.

El poder gusta, el ser llamado presidente en lugar de José María, engorda, a veces demasiado, y eso es lo que le ha ocurrido a Del Nido. Capaz de mandar ‘crucificar’ a periodistas por no profesar su misma religión, y posteriormente ‘sacarlos’ del purgatorio informativo para invitarles a jamón y gambas en la Feria junto a una copa de manzanilla que ya saben aquello de… El vino que tiene el vino que alegra las penas mías.

Twitter: @tara11ara