Son tantas las cosas de importancia que están ocurriendo últimamente alrededor del Sevilla que es complicado abstraerse de todo lo que se escucha para intentar labrarse una opinión propia que te permita analizar la situación con sentido común y de un modo coherente con tus pensamientos.
El eslogan de la campaña de abonados del club este verano fue “¿empezamos de nuevo?” y a golpe de acontecimientos se está volviendo, quizás, el más realista desde que se utilizan ese tipo de soflamas. Supongo que la directiva se refería al ámbito deportivo únicamente, pero a base de realidades, se ha dado un paso más (involuntariamente) y ahora mismo nos encontramos con la primera vuelta terminada y con importantes cambios en el consejo de administración. Tan importantes como que ha habido hasta un cambio de presidente. En lo deportivo, si quiero ser coherente con lo que decía al principio de la temporada, debo estar satisfecho. Yo le pedía al equipo que llegara al final de la primera vuelta a tiro de piedra de los objetivos y que mostrara avances, mejorías. Me parecía lo más justo para una plantilla tan joven y tan renovada. Y salvo el monumental fiasco de la Copa del Rey, creo que han cumplido con todo ello. Clasificados como líderes en el grupo de la Europa League; y en la Liga, a dos puntos de plazas europeas, a seis de la Champions, siete por encima del rival que nos precede…. Se han hecho 30 puntos. Si se repite en el segunda vuelta, raro será que no nos clasifiquemos para competición europea. Y el equipo está mucho mejor que al principio. Ha crecido, ha avanzado. Ha cumplido, pues, con todo lo que le pedía, como digo. Eso para ser justos y sin cerrar los ojos a lo que aún se está haciendo mal y a las carencias que sigue teniendo. Respecto a lo institucional, creo que estamos ante una ocasión de oro para recuperar, en la mayor medida de lo posible, la unión del sevillismo. Esa unión que se ha visto maltrecha en los últimos años. Los dos personajes más controvertidos y discutidos en el club el los últimos tiempos han salido del mismo (o están en vías de). Me refiero a Jose María del Nido y a Manuel Vizcaíno. Esto no es una crítica a dichos personajes. Ni una evaluación de su desempeño. No me meto ahí porque, como todo el mundo, han hecho cosas muy buenas, buenas, regulares y malas.
Y no me voy a meter en ese análisis porque, además, cada uno tendrá uno diferente. Lo que digo, y eso es indiscutible, es que han sido los más discutidos y controvertidos de los últimos tiempos. Los que, indirectamente, han generado esa división de la que hablo. Ya no están, con lo que es un ruido menos. Sin embargo, sigue habiendo mucho de ese ruido. Sigue habiendo temas de controversia. Que si la negativa de Jose María Cruz, que si el indulto de Del Nido y los lugares y ámbitos donde se está pidiendo apoyo para el mismo, que si la actitud de algún que otro jugador, que si tantas cosas que generan debate, que siguen enfrentando a los sevillistas. Demasiado ruido, demasiada gente gritando. Habrá quien tenga las cosas muy claras. Yo aún no, pero aspiro a lograrlo. Por eso me aparto a un lado. Necesito silencio para pensar. De lo que no me cabe duda es de que, sea como sea, el sevillismo, el Sevilla FC, está ante una oportunidad magnífica. Con una plantilla joven que parece que va entrando en onda, que va creando equipo y que empieza a saber a lo que juega; con cambios en la directiva, siendo el nuevo presidente alguien que aglutina simpatías y del que no he escuchado hablar mal a nadie; con el equipo situado en posición de aspirar a cualquier cosa y mostrando mejoría y margen para crecer más; y con estabilidad institucional y la economía saneada gracias a los traspasos de este pasado verano. Sigue habiendo mucho ruido. Aún hay temas que generan controversia. Pero creo que, poco a poco, eso irá menguando. Y que si los resultados acompañan, podemos estar ante un nuevo comienzo de verdad. Yo en principio, y con mis reservas, ando ilusionado. Espero no equivocarme demasiado. Twitter: @Ravesen_
Foto: Quico Pérez Ventana