El extraño caso de un chaval llamado Campaña

Escrito por Rafael Sarmiento. Creado en Number1 opina, Sevilla FC

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Es difícil hablar sobre algo cuando eres consciente de que la clave de dicho asunto radica más en lo que no sabes que en lo que sabes. Es lo que ocurre en el caso de Campaña, un futbolista que lo tiene todo para triunfar, pero cuya actitud nos tiene a todos desconcertados. O a casi todos.

Cuando a un chaval de 18 años se le hace un sitio en la plantilla de un equipo de la Primera División, lo normal es que se quiera comer el mundo. Lo normal es que los técnicos tengan que tener cuidado con él, que tengan que refrenar un poco ese ímpetu para que su crecimiento se produzca al ritmo idóneo. Que miren por él para que no se sobre-revolucione, para que sepa templar sus ansias, para que, en definitiva, esas ganas propias de la juventud sean una virtud en vez de un defecto. Durante la segunda vuelta de la pasada temporada vimos un ejemplo claro de esto que estoy diciendo en la persona de Alberto Moreno. Todos sabemos que romperá en crack en cuanto temple su ímpetu y mida los tiempos y los esfuerzos. Algo que te da la experiencia, porque el talento lo trae incorporado de serie.

Pues bien, dicho esto, uno no puede hacer otra cosa que desconcertarse cuando analiza el caso de José Gómez Campaña. Lo de Campaña no es lo de Luis Alberto. Lo de Luis Alberto es un caso claro de falta de confianza, de que ningún entrenador tuvo la valentía de apostar por el talento en lugar de la experiencia. La cosa se torció en un momento del pasado, el jugador y su entorno dejó de confiar en quien fuera en el seno del Sevilla, demostró lo que vale en Segunda División (ya lo hizo en Segunda B), recibió un ofertón del Liverpool (irrechazable para ambas partes) y allá que se marchó. Pero Campaña sólo ha demostrado su valía en Segunda B y en las selecciones inferiores. No lo ha hecho en el primer equipo, no ha aceptado ir cedido y ahora, según cuentan, se niega a renovar.

En principio, también se puede alegar que no se le ha dado la confianza necesaria. Ningún entrenador de los que ha tenido lo ha hecho. Pero aquí entra en juego lo que decía al principio. Lo que no sabemos casi ninguno de los aficionados de a pie, pero de lo que tanto se rumorea. La actitud del futbolista, su modo de vida. Yo no sé si el jugador es habitual del Bilindo como se dice porque yo no voy al Bilindo, y mucho menos a altas horas de la madrugada. Ni me creo ni me dejo de creer tal cosa. Por tanto, no lo utilizaré como argumento porque me parece temerario hablar de algo que no sé. Pero me llama muchísimo la atención que más de uno de los entrenadores que ha tenido, aparte de Pablo Blanco (que lo debe conocer casi mejor que nadie en el mundo del fútbol) hayan dicho que todo depende de él. Que si él quiere, puede ser figura en este deporte.

Eso, cualquier persona normal lo interpreta como que, hasta ahora, él no ha querido. No se ha comportado como debe, Y no hablo de su vida extradeportiva, sino de su actitud en los entrenamientos. Lo otro no es asunto mío.

Y es aquí cuando creo que hay que volver a lo que decía antes. Si de un chaval joven se esperan ganas e ímpetu hasta el punto de tener que refrenarlo, ¿cómo es posible que, no sólo una, sino varias personas del cuerpo técnico digan eso de “si él quiere”? ¿Cómo no va a querer? ¿En qué cabeza cabe eso? ¿Son balones fuera para justificar algún tipo de incapacidad a la hora de sobrellevar a un adolescente prometedor, o es que de verdad éste no se está tomando las cosas en serio? No me dirán que no es un caso de lo más extraño.

Como todo en la vida, lo normal es que se trate de un cúmulo de circunstancias. De un poco de todo. Un adolescente bien llevado puede cambiar de actitud y sacar lo mejor de sí mismo. Por otro lado, el Sevilla es un club de Primera División y en su plantilla hay un buen número de internacionales. Los entrenadores de turno se juegan el pan de sus hijos con sus decisiones, y es comprensible que, en muchos casos, pasen de complicarse la vida con un chaval controvertido y apuesten por lo que ellos consideran seguro. Por otro lado, si la directiva quiere apostar por la cantera, debería cuidar mucho sus decisiones a la hora de contratar entrenadores, de manera que diesen preferencia a los valientes, en el sentido de que sí estén dispuestos a complicarse la vida del modo comentado. El club invierte dinero en su cantera y le interesa que las perlas que de ella salen acaben como futbolistas de la primera plantilla, por lo que debería cuidar todos los detalles para que ello sea posible. Y luego, claro, está el jugador, su entorno, sus amistades, su forma de ser, sus prioridades, su relación con el resto de la plantilla…, en fin, lo dicho: un cúmulo de circunstancias.

Sea como sea, mi mayor deseo es que esta situación se reconduzca. Que el chaval renueve su contrato, que se centre, que confíen en él, que juegue y que demuestre su valía en la primera plantilla. Otra cosa sería una verdadera lástima. Y, por desgracia, es esa otra cosa lo que parece que se está imponiendo.

Twitter: @Ravesen_
Foto: Katherine Kortsmik