El Sevilla FC continúa sin levantar cabeza y su entrenador con los papeles perdidos. Ante el Villarreal, un equipo que no sabía lo que era ganar fuera de casa en todo lo que se lleva disputado de Liga, Marcelino decidió convertir la segunda parte en un «correcalles» y jugar a «la ruleta rusa».
Sevilla Fútbol Club: Javi Varas; Coke (Reyes, m. 46), Fazio, Escude, Navarro; Navas, Medel (Trochowski, m. 46), Rakitic, Del Moral, Kanouté y Negredo. El Sevilla FC sigue sin levantar cabeza y su entrenador anda con los papeles completamente perdidos. Otra vez Marcelino y sus jugadores mostraron lo que nunca puede mostrar un equipo que se mueve en el presupuesto del Sevilla FC y que esta temporada viene mostrando en repetidas ocasiones desde el pasado mes de agosto. Ante 2 puntos sumados de los últimos 21 disputados, los aficionados han dicho basta ya y han pedido la dimisión de Marcelino, cosa que no se producirá porque el director deportivo del club anunció el pasado lunes que «tienen la misma confianza en Marcelino que el primer día». El partido arrancó con una oportunidad para Del Moral en el minuto 4 tras aprovechar la indecisión de la defensa amarilla en la que estuvo a punto de sorprender a Diego López. Pero poco a poco, y a medida que fue pasando el tiempo, el Sevilla FC volvió una vez más a las andadas y a sembrar esa mala imagen que viene mostrando a lo largo de la temporada. Era cuestión de tiempo, y claro, llegó el gol del Villarreal. Borja Valero remató completamente sólo dentro del área ante la pasividad de una defensa que ni es rápida ni tampoco contundente. A renglón seguido el Sevilla FC mostró a todos que es posible jugar peor de lo que lo estaba haciendo por muy difícil que resultase. Cuando peor lo estaba pasando el equipo de Nervión, Jesús Navas (junto con Javi Varas los dos únicos que se salvan de la quema), cogió un balón, subió su banda y un centro-chut (con la colaboración de Bruno) puso el 1-1 en el marcador. En la segunda parte a Marcelino le entró un ataque de «entrenadoritis» dando entrada a Trochowski y a Reyes por Coke y Medel. Con ello el partido se convirtió en un «corre calles» y en una «ruleta rusa» de 45 minutos. Al Villarreal le bastó con cinco minutos para crear con dos clarísimas ocasiones y haber cerrado el partido a las primeras de cambio y con mucho tiempo por delante, pero los castellonenses no supieron aprovechar lo que Marcelino le estaba poniendo en bandeja. Y claro, pasó lo que tenía que pasar, porque tanto va el cántaro a la fuente hasta que acaba rompiéndose. Camuñas, desde la frontal del área y ante un defensa que hacía aguas por todos lados, puso el balón imposible para la estirada de Javi Varas. Era el 1-2, lo que todo el mundo estaba viendo venir… Marcelino acabó el partido con la cabeza gacha sentado en el banquillo. Sin saber qué hacer, que decir… y con el frasco de las ideas agotado. Twitter: @NachoMateos
Villarreal Club de Fútbol: Diego López, Ángel, Gonzalo, Musacchio, Joan Oriol; Cani (Marchena, m. 80), Bruno, Senna, Borja Valero; Camuñas y Joselu (Hernán Pérez, m. 73).
Goles: 0-1, m. 21: Borja Valero. 1-1, m. 32, Bruno, en propia portería. 1-2, m. 80: Camuñas.
Árbitro: Del Cerro Grande (Colegio Madrileño). Amonestó a Coke, Escudé y Bruno. Expulsó a Oriol (m. 90)
Incidencias: Unos 35 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán. Terreno de juego en perfectas condiciones en una tarde-noche fría.
El Number 1 del partido fue Jesús Navas.
Hasta el punto que el Villarreal dio un paso adelante y se hizo con el control del juego. El equipo castellonense no había ganado fuera en toda la Liga, pero el Sevilla de Marcelino se iba a encargar de ponérselo muy fácil…
Resultado que nadie se creía porque Javi Varas se encargó de salvar al Sevilla FC en varias ocasiones.
Ni había control, ni juego… ni nada de nada. Partido impropio de Primera División en el que el equipo local permitía al visitante llegar a la puerta de Javi Varas al contra sólo con tres defensas. Parecía prueba veraniega y no partido de competición en pleno mes de febrero…
Primero fue Borja Valero el que no supo aprovechar al quedarse completamente sólo delante de Javi Varas y luego Musacchio el que disparó al palo.
El partido era una locura pero Marcelino era el único que no se enteraba, sacó a Cala a calentar pero el canterano no entró, porque eso sería asumir el tremendo error cometido en el descanso.
Por su parte la afición, cansada de estar cansada, pidió el cese de un entrenador que no ha aportado nada en los siete meses que lleva en el banquillo sevillista, y que una vez más demostró que tiene los papeles perdidos.