Su caso fue el del hijo pródigo, que tras marcharse al Arsenal y pasar por los dos equipos de Madrid, Real y Atlético, regresaba a su casa, Nervión para recuperar la gloria dejada en el camino.
Cuando el Sevilla Fútbol Club estudió la posibilidad de recuperar a José Antonio Reyes, la apuesta fue vista con buenos ojos prácticamente desde todos los sectores, salvo un grupo minoritario que veía en la vuelta de Reyes el ocaso de una estrella venida a menos y que no terminó de explotar nunca las grandes cualidades que tenía. Y así ha sido, porque el tiempo es ese juez capaz de poner a cada uno en su sitio. A veces tarda demasiado, otras no tanto, pero la sentencia llega antes o después. El caso de Reyes es muy particular ya que lo tenía todo para haber sido uno de los grandes del fútbol español y pese a que pudo serlo se quedó como otros, en el camino. El Sevilla FC se lo ha dado todo, tanto antes en sus inicios, como posteriormente cuando su cartel había bajado muchos enteros, pese a que la ficha en su retorno no diga lo mismo. Desde la carretera de Utrera se crió como otros tantos grandes de nuestro fútbol nacidos en el equipo sevillista y en su inagotable cantera. Dio el salto a la Premier, el salto que debía haber sido definitivo, pero pese a que en el Arsenal alcanzó su madurez futbolística, especialmente en los comienzos en los ‘gunners’ fue perdiendo fuelle, principalmente por su actitud caprichosa, más acorde con una gran estrella y un divo que para un chaval que comenzaba a triunfar en el mundo del fútbol. Pero su mente, pese a sus innatas cualidades, no estaba en lo que tenía que estar. La buena mano de sus agentes, la familia Rodríguez de Moya, frenó en muchos momentos su actitud, pero a Reyes le venñia grande el mundo que le comenzaba a rodear de fama y dinero. Su poco preparación personal le dejaba fuera de juego en muchos casos y eso le comenzó a pasar factura.
Con la familia Rodríguez de Moya ya fuera de juego (en el mundo del fútbol la palabra agradecimiento brilla por su ausencia) comenzaba un nuevo Reyes. En Inglaterra se sentía triste, lejos de casa, y buscaba un retorno a la Liga española al precio que fuera.En una operación relámpago, termina recalando en el Real Madrid pese a que a la postre eso le cuesta dinero, toda vez que ya tenía un acuerdo cerrado con el Atlético de Madrid, donde curiosamente terminó jugando al año siguiente. Con la afición colchonera no cuajaba, tenía una relación de amor odio y eso terminó de pasarle factura, como la presencia siempre presente de sus padres y sus ‘famosas’ novias. Así, ante la falta de minutos surge la posibilidad de regresar al Sevilla FC donde es recibido como la gran estrella que fue y con el agradecimiento por la importante cantidad económica que dejó en su día con su venta en las arcas del club. Era el regreso del hijo pródigo, el momento de demostrar que había Reyes para rato y que quería recuperar el tiempo perdido. Pero del dicho al hecho hay un trecho y desde su llegada, ya ha transcurrido tiempo más que suficiente, sin que José Antonio Reyes haya destapado el tarro de las esencias salvo en contadas ocasiones. La más recordada de ellas en el último derbi disputado en Nervión donde firmó un doblete en la famosa manita al Betis, que le sirvió para obtener un nuevo margen de confianza de una afición que pese a lo poco que ha entregado a los suyos, sigue esperando al mejor Reyes. Desde entonces, no se ha vuelto a ver a Reyes, al menos en lo que a brillar se refiere. Se le espera, pero de momento, nada de nada. El de Utrera está centrado en el negocio que ha montado en su pueblo, un ‘tablao’ flamenco, en el que se ve arte, el tanto que curiosamente espera ver la afición nervionense y del que no ha podido disfrutar desde que llegó Reyes al Sevilla FC por segunda vez tras su periplo en Arsenal, Madrid y Atlético de Madrid. Se aproxima el derbi… ¿Volverá a aparecer el mejor Reyes? Twitter: @tara11ara