El Sevilla FC cayó eliminado en El Sadar después de forzar la prórroga en el 95. Golpe duro a la ilusión copera, que parecía la única puerta posible para salvar la temporada. El equipo de Sampaoli realizó el mejor partido desde que el argentino llegó, pero sigue siendo insuficiente. Monchi necesita traer jugadores, si no, la temporada será sufrida hasta el final.
OSASUNA: Sergio Herrera; Moncayola (Diego Moreno 102′), Unai García, David García, Juan Cruz; Torró; Chimy Ávila (Budimir 81′), Aimar Oroz (Brasanac 81′), Moi Gómez (Aridane 92′), Kike Barja (Abde 69′); y Kike García (Rubén García 69′). SEVILLA FC: Dmitrovic (Bono 46′); Nianzou (Suso 87′), Badé, Gudelj (Rekik 96′); Montiel (Jesús Navas 77′), Joan Jordán, Rakitic, Acuña; Lamela, Rafa Mir (En-Nesyri 77′) y Ocampos (Óliver Torres 62′). GOLES: 1-0 (71′) ‘Chimy’ Ávila; 1-1 (95′) En-Nesyri; 2-1 (99′) Abde. Árbitro: De Burgos Bengoetxea (vasco). Amarillas a los locales Moncayola y Moi Gómez, así como a los visitantes Nianzou y Lamela. Incidencias: Estadio El Sadar de Pamplona ante 19.724 espectadores. El Number 1 del partido: En Nesyri Una cosa ha quedado clara, el Sevilla ha perdido grandeza. Partidos como el de esta noche en El Sadar dejan claro que ese halo de equipo campeón el conjunto sevillista ya no lo tiene. En otras temporadas pasadas el partido se lo habría llevado en la prórroga. De hecho, fue lo que habría pasado si no llega a volver a cometer esos errores tan imperdonables que lo están lastrando desde principios de curso. Y, por supuesto, sin goleadores es imposible. Porque ni siquiera le valió al Sevilla con hacer el mejor partido desde que Sampaoli es entrenador sevillista. Ni así pudo superar a un gran equipo como Osasuna, que resolvió con pegada y demostrando que cualquiera tiene un buen 9 en esta categoría menos el equipo hispalense. Romo en ataque, el Sevilla vio morir todas sus buenas intenciones en la orilla. Ola tras ola. No fue capaz de traducir su dominio en ocasiones de gol. Su primera mitad tuvo mucha personalidad. Al fin se vio a un Sevilla que demostraba ser superior, que empequeñecía a su rival y que lo sometía. Además, su finura en las combinaciones y la frescura a la hora de presionar y recuperar permitió a la afición sevillista ilusionarse con argumentos. Era otro Sevilla el que completó la primera mitad, aunque sus principales problemas seguían siendo cristalinos…
Y es que las eliminatorias las deciden los equipos que tienen gol, no los que mejor pueden imponer su propuesta. Ocampos y Lamela se repartieron la labor de 9, mientras que Rafa Mir, el único delantero real, quedaba relegado a una posición de extremo donde se le vieron las costuras. Sampaoli tenía un plan que salió, pero no se terminó de ejecutar como él quiso. Y cuando no consigues machacar, te machacan. Como haría el Chimy Ávila. El delantero argentino resolvió de forma magistral en el área para levantar las envidias de una afición sevllista que pensó al unísono «esta es la diferencia entre tener delantero y no tenerlo». Con el marcador por delante, Osasuna empezó a jugar con el marcador, a especular. Se le notó nervioso y el Sevilla lo aprovechó para meterlo en su área. Tardaría en llegar, pero un gol más que merecido llevaría el encuentro a la prórroga. Y sería obra de, precisamente, un delantero que no está bien visto en Nervión, En Nesyri, quien se besó el escudo espantando todos los rumores sobre su posible marcha. El marroquí aprovechaba un buen centro de Suso en el 95 para levantar el grito sevillista y alargar el partido media hora más. Era el contexto ideal, con afición y jugadores enchufados y con un Osasuna que no parecía recuperarse del golpe. Pero, de nuevo, los errores imperdonables. La prórroga parecía un trámite. La victoria tenía que llegar. El Sevilla vivía en campo rival, circulaba con velocidad y rondaba el área de Sergio Herrera. Nada hacía presagiar lo que acabaría ocurriendo, salvo el que conoce bien al Sevilla de esta temporada. Un error en la entrega de Rakitic dejaría al equipo descolocado y Abde, que resuelve con mucha calidad, hacia el segundo tanto local. Agua helada para los de Sampaoli. Desde el tanto rojillo el Sevilla se desinfló. Tuvo toda la segunda parte de la prórroga, pero la convicción ya no era la misma. Se veía eliminado y cuando un equipo transmite esa sensación, poco más hay que hacer. Es lo que hay, cuanto antes se asuma, mejor. Otro Sevilla no habría caído esta noche, pero corren tiempos convulsos en Nervión. Tocará pelear en la batalla de la liga. Tocará buscarle una nueva ilusión a esta pesadilla de temporada. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: Sevilla FC
