Hay futbolistas que marcan diferenciase, no sólo en el terreno de juego con su buen hacer con el balón en los pies, sino también por lo que transmiten por su liderazgo y Rakitic es uno de ellos.
Con su fútbol se ha ganando el respeto de una afición exigente y experta. Con sus detalles e implicación ha logrado el cariño de esa misma afición que valora mucho esa identificación que el croata ha mostrado hacia el club en el que cada día se siente más a gusto, en el que ha evolucionado y donde ha crecido a lo grande, no ya sólo por los buenos momentos vividos, sino también por los sufridos con una lesión que le dejó mal mucho tiempo. Pero este simpático croata se ha enamorado en Sevilla y lo ha hecho también de su Sevilla, el club y la ciudad a partes iguales, una ciudad con la que se siente identificado, en la que se ha casado y con la que también se ha comprometido al decir no a ofertas millonarias por hacer que lo personal primera mucho más que lo profesional.
Precisamente esto último ha hecho que su renovación haya ganado enteros; con los méritos sobrados para ganarla por lo realizado en el terreno de juego donde es el referente de este nuevo Sevilla FC y por ese compromiso mostrado hacia el club, algo a desuso en estos tiempos que corren, y que le han convertido por méritos propios en el nuevo baluarte y buque insignia de este equipo. Porque Rakitic ha sabido heredar los galones dejados con su marcha por los Palop, Jesús Navas y Negredo, para tirar del carro cuando el equipo lo ha necesitado pero especialmente para ser el croata más sevillano, y el sevillista más croata. Identificado y comprometido, su renovación, pide a gritos, una reciprocidad por parte de un club que sabe agradecer los esfuerzos pese a que con otro señor, Dragutinovic, le fallaran al final al no corresponderle pese a su lesión. Twitter: @tara11ara