Nueva derrota del Sevilla FC que hace mella en las ilusiones y esperanzas de una afición que ve, de nuevo, como se confirman los peores presagios. El equipo nervionense no está para grandes luchas y su objetivo será pelear por el descenso. El Girona le superó ampliamente a partir de la media hora de juego y Pimienta no encontró respuestas ante un Michel que le dio un repaso tácticamente.
No corren tiempos en Nervión agradables y parece que esa agonía se seguirá extendiendo hasta que el club se limpie por completo. Es imposible hacer un proyecto serio y sólido si los cimientos no son fuertes, si la paciencia no existe y si la toma de decisiones no es rígida y basada en el sentido común. El Sevilla de Castro y Del Nido sigue su huida hacia delante y el precio a pagar es el de una afición que ve como todo lo conseguido está desapareciendo.
Ante el Girona se empezó viendo un buen Sevilla, continuista con anteriores encuentros, pero desafortunado en ataque. Llegaba bien por los costados pero moría arriba, donde faltaba esa calidad y finura que otrora hubo. El Girona poco a poco se fue entonando hasta detectar que el equipo local hacia aguas por los costados y así consiguió el primer tanto. Fue entonces cuando se fundió lo poco positivo del conjunto hispalense.
Y tanto fue disminuyendo que el Girona lo engulló. El repaso de Míchel a Pimienta fue histórico. Cortó las alas hispalenses, que era lo más peligroso de los locales, y comenzó a dañar la espalda de sus laterales. El Sevilla se difuminó y pareció ser ese equipo incapaz que tanto se vio la pasada campaña. Algo que molestó a su afición que, enfadada, lo pagó con los suyos y la directiva.
A perro flaco todo son pulgas y una decisión arbitral más que polémica por manos de Isaac en el área costó un penalti y el segundo del Girona, que sentenció el encuentro. Los catalanes pudieron hacer algún gol más, pero se dedicaron a simplemente dominar a su rival y dejarlo impotente ante la atónita mirada de la parroquia nervionense. Ahora hay un parón que se hará eterno. No cesan ni parece que se revertirán las aguas en el Sevilla FC.