No pintaba bien este Sevilla FC con una irregularidad más que preocupante, pero cuando parecía que el barco podía hundirse, curiosamente es cuando más salió a flote con su mejor racha.
La pelota manda, demasiado en el mundo del fútbol. De nada importa que trabajes bien que si la ‘pelotilla’ no entra no hay nada que hacer. En el Sevilla no entraba pero además las sensaciones del equipo no eran buenas y eso preocupaba más de la cuenta en el seno del conjunto nervionense tanto desde dentro como desde fuera del club porque la afición demandaba mucho más de este nuevo Sevilla FC. El puesto de Unai Emery aunque no peligraba públicamente si es cierto que comenzaba a estar en el disparadero toda vez que su ‘cabezonería’ hiciera que no viera lo que sí venía el resto de los mortales. Además, el equipo no transmitía, le faltaba chispa, enganchar con la grada y ganar fuera de casa, algo que hacía tiempo que no hacía. El partido ante el Celtam, malo donde los haya, no fue más que curiosamente el punto de partido de este nuevo Sevilla y el esperado arranque de un equipo que estaba preparado y formado para mucho más de loo que hasta ese momento había ofrecido. Pero a raíz de ese choque todo cambió, el Sevilla comenzó a crecer, a respirar, a vivir e ilusionar a su afición. Después de ese desastroso choque comenzó la racha triunfal del equipo de Unai Emery que encarriló siete partidos consecutivos sin conocer la derrota. Comenzó acabando con su racha negativa sin ganar fuera, y lo hizo apenas tres días después de aquel chasco ante el Celta de vigo. Ganó 1-3 ante el Espanyol, y esa victoria fue un golpe en la mesa, toda vez que se lograba ante el equipo periquito que estaba en muy buena línea de juegos y resultados.
Llegaba el parón en el peor momento, pero la pasuda no fue óbice para seguir en la misma línea de resultados. Llegaba el ansiado derbi y el Sevilla volvía a vapulear a su vecino con una nueva goleada de escándalo. Lo que parecía podía ser circunstancial no lo fue. El equipo siguió su marcha positiva, empatando ante el Estoril t ganando en Granada como los grandes, sin jugar bien pero resolviendo cuando teñía que hacerlo. Tocaba irse de Copas y nueva victoria en un partido donde el Sevilla hizo lo que tenía que hacer, marcar, ganar y lograr un resultado positivo. Y la historia continúa con una nueva victoria, la mostrada frente al Friburgo que además le sirvió no sólo para acabar como primer de grupo sino también para callar bocas y mostrar su candidatura para pelear por la Europa League, competición e grato recuerdo para los nervionenses. Falta ahora la guinda del pastel, el seguir creciendo, el afianzar esta racha que se va prolongando en el tiempo, esa racha que añoraban los sevillistas y que comienza a ser una realidad. Ahora toca un equipo que también está al alza, el Athletic de Bilbao que busca también candidatura europea pero que se encuentra con el mejor Sevilla para hacerlo y en un Ramón Sánchez Pizjuán que es mucho Pizjuán… Twitter: @tara11ara Foto: Sevilla FC @Sevillafc
