Aunque las estadísticas están para romperlas, éstas no hablan muy bien del acierto de los asturianos cuando se trata de pisar el césped de Nervión. Preciado se la juega en un campo gafe.
Manolo Preciado, un técnico de esos que merecen la pena, llega al Ramón Sánchez Pizjuán en una situación extrema. Su Sporting no arranca y ya se sabe que la paciencia en este mundo del fútbol descansa en papel de fumar. Hombre acostumbrado a este tipo de math ball llega a la capital andaluza muy necesitado de puntos con los que revertir la situación y ante un Sevilla en racha y alcanzando su mejor fútbol precisamente como local. Si a ello le unimos que las famosas estadísticas se decantan por goleada de lado sevillista pues… apaga y vámonos. El Sportin de Gijón lleva la friolera de 18 años sin ganar ni empatar en sus visitas al Sánchez Pizjuán. Bien es cierto que en alguna ocasión lo tuvo hecho y se dejo remontar pero ya se sabe que lo que queda en las estadísticas es el resultado final y no cómo se produjo.
El conjunto asturiano no sabe lo que es ganar en el templo sevillista desde la temporada 1993/1994 cuando derrotó al Sevilla por un gol a dos. Desde entonces gafe total ya que no ha sido capaz ni tan siquiera puntuar en tierras sevillanas. Los dos últimos años goleada (3-0) y el anterior, que estuvo cerca, se marchó con otra derrota (4-3). En lo deportivo el Sporting de Gijón llega con buenas noticias en lo deportivo ya que Botia duda durante toda la semana podrá viajar a Sevilla por lo que Preciado podrá contar con él. Por contra pierde a Novo y Carmelo. El jugador del filial Mendy, futbolista franco-senegalés de 22 años que está causando sensación puede ser el arma secreta de Manolo Preciado para medirse al Sevilla FC.