Lewis Hamilton, que había dominado a placer los ensayos del viernes y del sábado, se llevó el GP de Hungría donde Fernando Alonso terminó en una quita posición que le permite seguir liderando el mundial de Fórmula 1.
Hamilton ha logrado su segunda victoria del año (la primera la conquistó en Canadá), ha sumado su triunfo número 19 de su carrera y ha evitado, una vez más, que el equipo Lotus-Renault, el único ‘grande’ que aún no ha conseguido ganar este año un gran premio, se subiera a lo más alto del podio. Lotus ha estado casi casi a la altura de McLaren. Primero con el francés Romain Grosjean, que ha pilotado pegadito a Hamilton durante la primera parte de la carrera, y luego con un impulsivoRaikkonen, que nunca, nunca, ha tenido a tiro a Hamilton, pese a que la diferencia en la meta ha sido escasamente de un segundo. Además de Lotus ha brillado, como no, el bicampeón español Fernando Alonso, que ha llevado su Ferrari, mucho más lento en seco, bajo el sol, con calor que los McLaren, los Lotus y, como no, los Red Bull, hasta la quinta posición y, gracias a su estrategia de solo dos paradas (Jenson Button y Mark Webber han tenido que hacer tres), ha podido acabar el gran premio por delante del británico de McLaren, que ha acabado sexto, y que el australiano de Red Bull, que ha sido octavo, lo que le ha permitido, no solo minimizar daños en una carrera donde nunca se ha entido cómodo, sinoampliar incluso la ventaja sobre ellos, dos auténticos candidatos al título. El Mundial, pues, llega al parón de agosto con Alonso y Ferrari liderando el campeonato con 164 puntos, seguido de Webber (Red Bull), con 124; Sebastian Vettel, que ha terminado cuarto, con 122; un recuperado Hamilton, con 127 y el ilusionado, aunque frustrado, Raikkonen, con 116 puntos. Twitter: @NUMBER1Sport
Es evidente que dada su demostración de poder, el legendario equipo Lotus, resucitado con espectaculares bólidos, puede ganar un día de estos su gran premio.
