FEDERICO FAZIO. Por Masala.
El problema de Fazio tiene nombres: Manolo Jiménez y Ramón Rodríguez Verdejo.
A mí que en el SAC le colocaran como mediocentro para mejorar su toque de balón y su visión de juego me pareció bien. Creerse que habían descubierto a la reencarnación de Redondo cruzado con Beckenbauer fue el comienzo del fin.
Fazio va a comer muchos años de esto jugando como central. Es probable hasta que se haga con un puesto de titular en la albiceleste. Tendrá sus virtudes y sus carencias como todos los futbolistas. No llegará a ser el mejor del mundo en su posición. Pero sin dudas será un tío útil en cualquier plantilla, y seguramente acumulando experiencia acabará siendo un defensa bastante cotizado.
Su problema es que entre lesiones y desubicaciones ha tirado a la basura al menos dos años. Si Monchi y Aolo no se hubieran empeñado en ver en él «un 5 argentino de alto nivel, comprado a precio de saldo» seguramente ahora sería un defensa bastante más hecho, más aseado, y más contundente. A Fazio había que meterle sangre y mala leche. Contundencia y combatividad. En lugar de eso se dedicaron a dorarle la píldora convirtiéndole en el pelotero que no es, y potenciando perfiles para los que no está dotado.
Lo de contar con él como mediocentro tras la salida de Poulsen fue el gran paso atrás de su carrera. Y todo por aquellos tres o cuatro partidos a buen nivel en los que marcó un par de goles. Desde entonces el error ha sido reiterado y persistente porque no es tan fácil bajar del burro al inepto calvo de las patillas, por más que la reincidencia en el error nos haya costado partidos y eliminatoria.
Y mientras tanto Fazio sin tener el crecimiento adecuado en su posición natural. Tratando de hacer cosas para las que no tiene talento ni capacidad. Y regalandonos errores que debió cometer dos o tres años antes, si todo hubiera seguido su curso natural sin la intervención de esas cabezas pensantes que deshicieron un equipo campeón.
De todas formas me lo quedaba. Y le metía competencia de verdad en su posición para que jugara por merecimiento (si se gana el puesto), no por ser el menos malo del plantel ejerciendo de central. El nivel que da es mejorable, del mismo modo que él mismo puede mejorar en sus prestaciones. La competencia le vendría fenomenal. Pero eso sí, única y exclusivamente como central.
