Blog: «UN SEVILLISTA CUALQUIERA»

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SEIS AÑOS FABRICANDO HUMO. Por Rafael Sarmiento.

Después del partido de anoche, una victoria amarga que supone la eliminación del equipo en la Copa del Rey, sigo sin saber bien qué pensar acerca de la situación en la que se encuentra el Sevilla. Tengo pensamientos muy contradictorios, y os explico por qué.

El corazón me dice que lo mejor sería que se echara a Marcelino de una vez y se trajera a alguien que le diera la vuelta completa a la situación, de modo que el Sevilla mejorase el juego y los resultados. Esto es fútbol, así funciona la cosa, aún estamos a tiempo de enderezar el asunto y completar una temporada digna. Al menos en Liga.

La cabeza, sin embargo, no lo tiene tan claro. Se pregunta si de verdad es la mejor idea romper con todo y volver a empezar de cero. Después del partido de ayer, uno se convence de que si siempre se jugase así, pocos puntos se perderían. O sea, que el equipo es capaz de jugar bien, aunque eso no es consuelo, más bien todo lo contrario. Si es capaz de jugar bien, ¿por qué no lo hace siempre? Recordemos que, a pesar de haber perdido la eliminatoria, el equipo ayer dominó y venció al Valencia. ¿Por qué no tiene ese comportamiento en todos los partidos? Eso, junto a las controvertidas palabras de Marcelino del otro día señalando, pero no, a los jugadores, pues hacen que me inquiete. Pero, por otro lado, si el equipo es capaz de hacer las cosas bien, mi esperanza aumenta. Como decía al principio del párrafo, la cabeza no lo tiene nada claro. Y me alegro sobre manera de no ser más que un simple aficionado, libre de opinar lo que le de la gana, y sin que esa opinión afecte para nada al rendimiento del equipo. Gracias a Dios, no me corresponde a mí decidir el futuro del entrenador.

¿Y la experiencia? ¿Qué me dice la experiencia? Pues la experiencia me traslada a tal día como ayer, 11 de enero, pero de 2006. Ese día, el Sevilla empataba a cero en casa contra el Cádiz (que estaba en Primera aquella temporada), lo que significaba la eliminación de la Copa del Rey en octavos de final. La plantilla estaba entrenada por Juande Ramos, que, igual que Marcelino, llevaba en el club desde el verano anterior y aún no había sido capaz de «dar con la tecla». El equipo jugaba a muy poco, deambulaba por la zona media alta de la tabla y la afición añoraba a Caparrós. Aquel 11 de enero se llevaban disputadas 18 jornadas de liga, y el Sevilla estaba 7º con 29 puntos. La jornada siguiente terminó la primera vuelta, y el Sevilla, tras perder 4-2 contra el Real Madrid, la terminó 8º con esos mismos 29 puntos. En la temporada actual, si el Sevilla ganase a Español y Betis, terminaría la primera vuelta con 30 puntos y como mínimo 7º, es decir, más o menos como entonces.

Yo veo muchas similitudes entre Marcelino y Juande. Cada uno en su momento, se trata (o trataba) de entrenadores jóvenes y sin experiencia en grandes equipos, aunque con éxitos en clubes menores. Juande triunfó en el Español, el Málaga y el Betis. Marcelino en el Recreativo y el Rácing (en este último por dos veces), aparte de un brillante ascenso con el Zaragoza. Y a los dos les costó hacerse con la plantilla en un principio.

Pero yo me refiero a esto porque al día siguiente de aquel partido contra el Cádiz, tal día como hoy hace seis años, el 12 de enero de 2006, se publicaba ese artículo que se ha convertido en un auténtico clásico. Posiblemente el mayor ridículo que ha hecho jamás un periodista deportivo sevillano, y ya es decir con el nivelito que tiene la prensa deportiva local. Me refiero a «La Fábrica de humo», publicado el 12 de enero de 2006 en unas circunstancias muy parecidas a las actuales y que os invito a que releáis por si os sirve de algo:

LA FÁBRICA DE HUMO

Por M.A. Chazarri. 12 de enero de 2006

La Copa ha sido un vendaval y además de abrir la herida de todos los años ha desnudado la fábrica de humo en la que se ha convertido el actual Sevilla. Tuvimos que escuchar a Del Nido en el pasado desayuno de trabajo con la prensa que sin las ventas de Baptista y Sergio Ramos hubiera sido imposible la llegada de Palop, Saviola o Kanouté. Como si el sevillismo se hubiera echado a la calle pidiendo el fichaje de estos tres futbolistas. Del Nido se ha cargado todo lo que funcionaba y la realidad es que los frutos de aquellas operaciones son un brasileño que se quiere marchar, un francés que va a su bola, un argentino lesionado o fuera de forma y un balcánico que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Todo ello capitaneado por Juande Ramos, al que no se le conoce un discurso interesante y que ya se ha puesto la soga al cuello. Podría gastar un minuto de su tiempo en intentar sacarle partido a algunos de los futbolistas que tiene, si es que es posible. Pero que los sevillistas estén tranquilos, porque la fábrica de humo sigue funcionando y aunque la Copa ya es historia, por lo visto los terrenos de la ciudad deportiva están preparados para el helipuerto. Al parecer en el banco hay mucho dinero y la tienda de la calle Pajaritos va fenomenal. Cualquier cosa, menos traer a futbolistas de primera fila o retener a los que saben.

Cinco meses después, el Sevilla ganó la Copa de la UEFA. A día de hoy, muchos de esos jugadores que no eran de primera fila para este tipo son considerados como los mejores de la historia moderna del Sevilla F.C.

Pero la cosa no queda ahí. Casi dos meses después, el 26 de febrero de 2006, jugándose la jornada 25 de liga, el Sevilla caía con estrépito en el campo del Español por 5 goles a 0. La afición clamaba por que destituyeran a Juande Ramos. El equipo iba 6º con 41 puntos. A 4 del cuarto y a 7 del tercero. Por cierto, justo encima del Sevilla iban Celta y Osasuna, es decir, dos equipos teóricamente inferiores, justo como actualmente. Y dos meses y medio después, ganaron la UEFA (cosa que hoy no será posible, pero me refiero a que lograron un gran éxito después de unas enormes dudas)

Mi intención con este post no es defender a Marcelino. Ni tampoco su continuidad, me remito al principio de la entrada cuando decía que mi corazón clama porque lo echen de una vez. Pero cuando uno va cumpliendo años, se da cuenta de lo que significa eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Nos está pasando lo mismo que con Juande Ramos. Esto no quiere decir que Marcelino vaya a hacer lo de Juande, pero sí que es cierto que parece que no aprendemos, que nos olvidamos de lo que hemos vivido, que no tenemos en cuenta el ridículo tan espantoso que hicieron algunos como el tal Chazarri.

Claro que si la consecuencia de ese ridículo es ninguna y el tipo sigue dedicándose a lo mismo, no me extraña que sigan a eso, a lo mismo. Pero a mí no me gustaría despotricar ahora a diestro y siniestro para que dentro de unos meses me tenga que comer las palabras.

Reapasad el artículo de 2006

(…) sin las ventas de Baptista y Sergio Ramos hubiera sido imposible la llegada de Palop, Saviola o Kanouté. Como si el sevillismo se hubiera echado a la calle pidiendo el fichaje de estos tres futbolistas(…)

Habla de Palop y Kanouté, hoy día considerados por muchos como mejor portero y mejor jugador de la historia del club.

(…)Del Nido se ha cargado todo lo que funcionaba(…)

Hoy es considerado uno de los dos mejores presidentes de la historia del club.

(…)un brasileño que se quiere marchar, un francés que va a su bola, un argentino lesionado o fuera de forma y un balcánico que no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario.

Esta frase está ya tan comentada, que no voy a decir nada más sobre ella.

(…)Juande Ramos (…)ya se ha puesto la soga al cuello. Podría gastar un minuto de su tiempo en intentar sacarle partido a algunos de los futbolistas que tiene, si es que es posible.

Hoy día, Juande Ramos es el entrenador más laureado de la historia del club.

Pero que los sevillistas estén tranquilos, porque la fábrica de humo sigue funcionando (…) Cualquier cosa, menos traer a futbolistas de primera fila o retener a los que saben.

La Fábrica de Humo generó dos UEFAS, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa, una Supercopa de España y dos títulos de Mejor Equipo del Mundo Año. Y los futbolistas que no eran de primera fila se convirtieron, como decía antes, en la mejor plantilla de la historia moderna del club.

No nos olvidemos de esto. Este artículo fue escrito en unas circunstancias muy parecidas a las actuales. Tan parecidas, que hasta casi asusta comprobar tanto paralelismo. Y se sigue diciendo lo mismo. Con otras palabras y otros protagonistas, pero lo mismo.

Hoy hace seis años de la publicación de «La Fábrica de Humo».

Analicemos las cosas, critiquemos, comentemos, debatamos…

Pero no cometamos el mismo error. No hagamos el mismo ridículo. Aprendamos de las experiencias vividas.

Decía antes que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Seamos menos hombres, por una vez.