Eran las diez y media de la noche aproximadamente, cuando la frase popular «una imagen vale más que mil palabras», se reencarnó en la persona de un aficionado del Málaga, en el partido de vuelta de la Liga de Campeones que les enfrentaba al Oporto.
En un mundo donde el fútbol parece cada día más (si no lo es por completo) un negocio. Ayer se demostró una vez más, que ese nombre de fútbol-negocio, solo se ve reflejado en los directivos y en las diferentes empresas televisivas, que hacen de este deporte un negocio. Pues bien, en la noche de ayer, volvió a darse una escena con la cual se demuestra que el fútbol-negocio no existe para el aficionado. Anoche me impactó ver a un aficionado (de cierta edad) durante los últimos minutos del partido, con la cara descompuesta como se puede ver en la imagen que adjunto, de los mismos nervios que afloraban en su interior. Ese hombre estaba viviendo un momento histórico para su equipo, con el cual habrá soñado miles de veces y que en ese momento se estaba produciendo. Su equipo estaba llegando a cuartos de final de el torneo europeo de clubes más importante del mundo. Su equipo pasaba a estar entre los ocho mejores equipos de Europa, un sueño para cualquier aficionado de fútbol. Un aficionado de un equipo de talla media, como es el Betis (en mi caso), pasa a lo largo de su vida por muchos momentos malos (descensos, posibles desapariciones, derrotas abultadas…). Todo eso se va guardando en el interior de su corazón. Todos esos sentimientos, provocan que un aficionado sienta más los colores de su equipo en las derrotas que en las victorias. En las derrotas se da uno cuenta de todo lo que realmente siente por ese escudo. A ese tipo de aficionado le brillan los ojos, por no decir que llora de alegría, cuando ve que su equipo devolver tanto sufrimiento y entrega en esos momentos tan duros por los que puede pasar un equipo de nivel medio. Son momentos indescriptibles, los cuales para aquellos que no lo sientan así, no lo lograrán entender NUNCA. Por todo esto, aprovecho estas líneas, para defender mi opinión de que GANARÉIS BATALLAS PERO NO LA GUERRA, EL FÚTBOL ES DE LOS AFICIONADOS. Juanjo Vergara
