Betis… ¡Te echo de menos!

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Number1 opina, Real Betis

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Demasiadas cosas que no funcionan, muchas ganas pero sin una dirección ni unas estructuras sólidas, demasiada herencia del pasado que hace que la impaciencia sea el principal enemigo. 

No está siendo este el año del Real Betis, como tampoco lo fue el anterior, ni el otro, ni el otro… Demasiadas secuelas de un pasado muy presente y ya saben lo que ocurre cuando uno quiere comenzar de nuevo pero no deja atrás ese lastre que tanto daño le hizo y que le impide crecer. Lo vivido esta temporada en el tema deportivo e institucional en la entidad de Heliopolis no es más que un nuevo peldaño de los muchos que lleva escalados el Real Betis.

Ha legado el momento de sentarse, reflexionar, dejar lastres, comenzar a mirar adelante pero como dijo el filósofo danés, comprendiendo la vida al mirar atrás pero viviéndola mirando adelante. Esa es la clave para que este Betis vuelva a ser el Betis de siempre, el del manque pierda. Un Betis de todos y para todos, un Betis con ganas de más, un Betis que de una vez por todas deje de mirar a los demás para mirarse a sí mismo.

Sin importar los que están ni los que quieren estar, tanto como los que estuvieron. Y primando lo que realmente tiene importancia, el club, esa institución con más de cien años de historia y capaz de dar lecciones al mundo del fútbol al tener más abonados en Segunda que en Primera división, algo que tan sólo es capaz de lograr esta afición verdiblanca sin la que el Betis no sería nada. Que nadie lo olvide…

Una afición bética que merece algo tan en desuso en los tiempos que corren: respeto, palabra tan fácil de pronunciar y tan complicada de de demostrar. Ese respeto que en las últimas temporadas se le está faltando al belicismo, con o sin intención, eso visto lo visto, ya es lo de menos. La derrota ante el Alavés del pasado fin de semana no fue más que otra de tantas de lo que se viene viviendo en las últimas temporadas. Habría que remontarse a la temporada de Pepe Mel para esbozar una sonrisa verdiblanca.

Desde entonces, contadas alegrías. Algún partido como el del FC Barcelona son escaso premio para una afición que tanto y tanto le ha dado a su Betis, porque el Betis sí es de ellos, muchos más que de otros que pasean con orgullo sus acciones. Las mismas acciones que tanto han dado que hablar estos últimos años y que al final no eran tan ‘falsas’ como se dijeron en su día y que han demostrado que ni el bueno era tan bueno, ni el malo tan malo. Ya saben donde dije digo, digo Diego… El fútbol en su máxima expresión.

Por ello y con la permanencia asegurada gracias más al despropósito de los Osasuna, Granada, Sporting, Leganés… que al buen hacer del propio Real Betis, ha llegado el momento de sentarse, reflexionar y dar la cara, pero de verdad. Dar la cara ante los béticos, comparecer ante los medios de comunicación pero especialmente ante los béticos, los grandes sufridores de toda esta historia.

Hablar a los béticos con la mano en el corazón, ese corazón que late de la misma forma y con los mismos colores, con ese verde y blanco que tantas emociones provoca. Sentarse ante los béticos para primero de todo pedir perdón. Perdón por los errores, los que vinieron y los que seguramente vendrán, sólo se equivoca el que lo intenta. Y ponerse a disposición de todos los aficionados, igual que en su día se hizo con aquellas carpas en busca de esas acciones con las que hacerse un poquito más fuerte.

Un buzón de sugerencias, poder escuchar al bético, sus sensaciones, su forma de pensar, porque a veces es más fácil ver lo que falla desde fuera que desde el interior. Y tras pedir perdón, algo que tanto honra a quien lo hace, reconocer que la temporada ha sido un fracaso en todos los sentidos, porque al bético de a pie le duele incluso más, que no es poco, que no se reconozca el fracaso que el propio batacazo en sí.

Porque al bético le duele que tras el triste espectáculo vivido esta temporada, con el colofón de la derrota ante el Alavés, nadie respete a esa grada que gritó, pitó, y expresó su disconformidad con la cúpula, la gestión, y el entrenador. Y el club y sus gestores le devolvieron la moneda subiendo la megafonía. ¡Increíble! Como si un niño gritara y otro alzara más su voz para que no se escuchara al que comenzó a expresar su dolor.

¿Nadie recuerda aquello de la unión hace la fuerza? ¿Ninguno echa la vista atrás para aprender de los errores del pasado? ¿Tanto cuesta reconocer lo que se hizo bien aunque fuera obra de otro? Basta de pujas, de luchas de intereses, de sacar pecho en lo que gano, sin pedir perdón por lo realmente importante, lo que no hice y que provocó que dejara de ganar el realmente importante: el Real Betis.

Aparquen sus guerras internas, dejemos de mirar hacia otro lado. Aprendamos de la época Loperiana para sumar y no restar más. Dejemos fichar al que sabe fichar, porque salvo contadísimas excepciones, en este Betis no ha fichado bien nadie: ni Stosic, ni Maciá, ni el mismísimo Torrecilla, que tanta magia logró en tierras gallegas y que fue reclamado para un proyecto similar al del Celta pero a orillas de la Torre del Oro.

Habría que remontarse a la época de Luis Oliver como presidente para encontrar fichajes rentables para el Betis: Rubén Castro, Pepe Mel o Jorge Molina son el mejor botón de muestra. Como antes hizo con un Xerez, al que de la mano de Schuster, llevó a la cima mientras el ex alcalde Pacheco intentaba derribarlo.   Es hora de que haya consenso, que todos remen en una misma dirección.

El paso dado con las famosas acciones de Oliver no fue más que el primer paso, que tanto bien le hace al Betis pero que de la misma forma tantas lagunas deja en el ambiente. ¿Recuerdan como se denunció, machacó y repudió al que ahora es gran vencedor de esta lucha de poderes? Ha llegado el momento de dar la cara, aceptar las críticas, algo que tanto le duele a Ángel Haro, sin duda lo que peor lleva desde su llegada al cargo. Algo de lo que tendrían que haberle advertido de lleno sus asesores.

Ser presidente del Real Betis es un caramelo que a la gran mayoría gusta pero conlleva riesgos, y puede llevarte un día al cielo, y otro al infierno. Porque guste o no, por encima de números y de gestión económica, priman otros números que en esto del fútbol valen doble, aunque no se consigan en campo contrario.

Porque en el mundo del fútbol, los goles se marcan en el terreno de juego. Esos son los que realmente te ponen arriba o abajo. Parece que algunos todavía no saben donde están y de que va todo esto… ¿De qué vale no ir este año a la comida de la Feria si luego se premia a la plantilla con dos días de descanso después de un humillante 1-4 ante el modesto Alavés?

Betis… ¡Te echo de menos!

JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker