El Sevilla FC cayó de forma muy dura ante el Alavés y coquetea con entrar en puestos de descenso. De nuevo un equipo frágil en defensa que concedió dos goles, fue capaz de empatarlo y cuando parecía que remontaría, el Alavés lo martilleó. Jarro de agua helada para un equipo muerto y una afición que ya empieza a mentalizarse con el futuro: acecha la Segunda División.
SEVILLA FC: Dmitrovic, Jesús Navas (Juanlu, minuto 68), Sergio Ramos, Marcao, Kike Salas (Pedrosa, minuto 41), Soumaré (Sow, minuto 54), Rakitic (Mariano, minuto 54), Óliver Torres, Suso, Ocampos e Isaac (Rafa Mir, minuto 54). ALAVÉS: Sivera, Gorosabel, Rafa Marín, Tenaglia, Javi López, Guridi (Sola, minuto 75), Benavídez, Guevera (Blanco, minuto 91), Vicente (Parada, minuto 91), Rioja (Duarte, minuto 75) y Kike (Samu, minuto 71). GOLES: 0-1 Tenaglia, minuto 25. 0-2 Kike García, minuto 40. 1-2 Rafa Mir, minuto 69. 2-2 Ocampos, minuto 81 (penalti). 2-3 Duarte, minuto 90. Árbitro: Hernández Hernández. Amarillas para Rafa Marín, Soumaré, Marcao, Jesús Navas, Mariano y Benavídez. Incidencias: Estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 30.000 espectadores El Number 1 del partido: Mariano El Sevilla empieza a dar auténtico miedo. La afición empieza a resignarse y a vislumbrar el más funesto de los finales. Lo ocurrido ante el Alavés así lo atestigua. Y es que perder un encuentro que consigues empatar a dos solo le ocurre a equipos que van de la mano de la desgracia. Un equipo con intenciones, actitud y cierto nivel futbolístico que no es capaz de mantenerlo en el tiempo y que, además, concede demasiado.
El Alavés solo tuvo que esperar su momento, aguantar un buen primer arreón sevillista que mereció el tanto y esperar a que le acompañara algo de fortuna. Así fue. fortuna y desatención hispalense. El balón parado es uno de los muchos debes del equipo y así consiguió adelantarse el equipo babazorro. Ese primer golpe fue duro, pero no le sentó del todo mal al Sevilla, que siguió compitiendo, aunque con más dudas atrás. Fruto de esas dudas llegaría el segundo y ahí sí, la puntilla. Otro error en una de las muy escasas pero inteligentes llegadas vitorianas que vuelve a evidenciar que a este equipo le falta madurez y mentalidad. Es muy frágil, concede mucho y, además, es irregular. Los equipos lo saben y lo buscan, hasta que lo encuentran. El nivel del Sevilla a partir de ahí fue muy bajo, mereció incluso encajar alguno más, pero se encontraría con un gol a favor. Un gol mentiroso, pues llegó de casualidad, obra de Rafa Mir, cuando menos lo esperaba. Enchufó a la afición y el Sevilla se vino arriba. Minutos después Mariano, muy activo en sus minutos, sacaba un penalti y Ocampos lo transformaba. Años atrás habría sido el principio de la épica, pero el Sevilla esta temporada bebe más de la tragedia. El Alavés marcaría el tercero en un córner mal defendido y volvería a hundir Nervión. Ese tipo de situaciones fácilmente evitables son las que están condenando a un equipo que parece no saber cómo salir de este bucle. De nuevo una derrota y como más duele. La afición se resigna y empieza a comprobar que su Sevilla es carne de Segunda División. Le queda por gastar pocos milagros salvo esperar que haya tres equipos peores. A día de hoy parece difícil. Solo queda rezar porque eso ocurra. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: Q. Pérez-Ventana (@perezventana)
