David Ruiz

Sevilla FC 4 – 2 Celta de Vigo – Perseverancia ante el mal juego

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla FC consiguió tres puntos vitales un partido muy sufrido donde tuvo que adelantarse en dos ocasiones para llevarse la victoria. Koundé abrió el marcador, pero dos ex sevillistas como Aspas y Nolito le dieron la vuelta. En Nesyri al filo del descanso y Escudero y Munir en los últimos minutos resolvieron a favor del equipo blanquirrojo.

 

SEVILLA FC: Vaclík; Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña (Escudero, 33′); Fernando, Jordán (Óscar, 81′), Rakitic; Ocampos (Idrissi, 81′), Óliver (Munir, 68′), En-Nesyri (De Jong, 68′)

CELTA: Rubén Blanco; Mallo, Murillo, Aidoo (Araujo, 42′), Olaza; Tapia (Miguel Rodríguez, 89′); Denis, Brais, Nolito (Okay, 68′); Aspas, Mina

GOLES: 1-0 M.6 Koundé. 1-1 M.11 Aspas. 1-2 M.36 Nolito. 2-2 M.45 En-Nesyri. 3-2 M.86 Escudero. 4-2 M.87 Munir.

Árbitro: Soto Grado (riojano) sacó amarilla a Navas, Denis, Mallo y Escudero.

Incidencias: Ramón Sánchez Pizjuán

El Number 1 del partido: Munir

Victoria importante para el conjunto de Lopetegui. Y no se consiguió sin sufrimiento y dudas. El Sevilla sacó tres puntos en un partido donde fue dominado en muchos tramos del encuentro y en el que volvió a atisbar que defensivamente sufre más que la temporada pasada. Ya sea por el estado físico de varios jugadores (Acuña se volvió a lesionar) o por el funcionamiento colectivo pero algo falla.

Y falla porque ya puede el Sevilla tener un arranque fulgurante que todo se echa por tierra al mínimo error. Pasó ante el Krasnodar y volvió a ocurrir ante el Celta. El equipo local salió en tromba y en tan solo 5 minutos ya había tenido varias ocasiones para adelantarse. De hecho, lo haría con un rechace que Koundé aprovechaba a la salida de un córner.

El gol y los minutos tan vertiginosos que estaba demostrando el Sevilla hacían presagiar una plácida tarde, pero nada más lejos de la realidad. Justo una jugada después de que Ocampos tuviera el segundo en sus botas, llegó el empate. Error grave de Vaclik, que no atrapaba un centro lateral y cuyo rechace empujaba a la red Aspas. Un jarro de agua fría que apagó la llama sevillista.

Porque ahí desapareció el equipo de Nervión. El Celta, espoleado por el tanto, se fue al ataque y se adueñó del partido. Incluso haría el segundo tanto tras una buena cadena de combinaciones que Nolito se encargaba de ejecutar. De nuevo por debajo en el marcador a pesar de haber empezado con buen pie. Está claro que hay algo mental, algo que no fluye como la temporada pasada y lastra al equipo.

Todo parecía avocado al descanso cuando En Nesyri, en la última jugada de la primera mitad, aprovechaba un centro de Navas para mandarla a la red. Llegó en el momento más inesperado, cuando los jugadores pensaban en enfilar la ducha para aclarar ideas. Con el empate en el marcador, todo empezaba de nuevo. Había que volver a hacerse dueño del partido.

Y lo que meses atrás apenas era una dificultad, hoy se tornó en reto mayúsculo. Porque al Sevilla le sigue costando un mundo hacerse dueño del balón y sus rivales empiezan a entender que defendiendo alto y con pocos espacios los mediocentros sevillistas no aparecen. Sin Banega falta luz, una luz que no está encontrando el equipo con Rakitic y que Lopetegui no está sabiendo derivar a otros derroteros.

El partido entró en tramos de dominios alternativos con un Sevilla más posesivo pero menos hierente que el Celta. La transición defensiva y el repliegue hispalense ha bajado muchos enteros y sus rivales empiezan a hacer daño cuando pueden correr. Vaclik tuvo que intervenir en dos acciones para enmendar su error en el primer tanto y salvar a los suyos.

Pero todo iba a cambiar en los últimos diez minutos. Lopetegui movió el banquillo e introdujo a Munir, De Jong, Óscar e Idrissi para cambiar el partido. Y el partido iba a cambiar. El Sevilla comenzó a empujar y el Celta, que notaba el peso de las piernas, cada vez defendía más aculado. Fue entonces cuando Escudero, que sustituyó a Acuña en la primera mitad, salvaría el día.

Su disparo lejano pegaba en Tapia y se introducía en la meta del Celta. Un gol que era muy celebrado por el banquillo sevillista, desde donde se estaba fraguando la victoria. Principalmente porque, un minutos después del tercero, llegaría el cuarto. Robo clave de Fernando que lanzaba una contra letal para que Munir, un revulsivo de quilates, hiciera la sentencia.

La victoria no debe tapar un bosque de dudas y problemas que Lopetegui tiene que subsanar. La mala noticia es que su equipo no defiende como antes y necesita estructurarse de otra forma para dominar los partidos. La buena es que está encontrando el gol y su plantilla tiene pólvora suficiente para enmendar la situación. A base de victorias y perseverancia se consiguen los objetivos.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Foto: Sevilla FC