LOS SANTOS INOCENTES. Por Juan Medrano.
Queda lejos el 28 de diciembre aunque en el aficionado sevillista las sensaciones de ese día estén muy presentes después del partido vivido en tierras madrileñas. El Sevilla FC por muchos motivos no puede dar la imagen tan negativa que han ofrecidos sus jugadores en un estadio donde no existe presión de ningún tipo, en unas gradas vacías donde se escuchaban más los canticos provenientes de nuestra afición, frente a un conjunto de nivel medio de nuestra liga devaluada y con menos presupuesto.
El equipo logró lo más complicado situarse por delante en el marcador, llegando a controlar el partido fundamentalmente por el juego de toque, en defensa y mediocampo, con una posesión de balón superior al 60% durante los primeros treinta minutos de encuentro. El Getafe prácticamente no presionaba encontrándose el equipo muy cómodo en el campo. Pasada la media hora se produce un saque de esquina que cambia toda la dinámica del juego, el balón botado desde la esquina llega al área chica donde Coke intenta un despeje inverosímil, el esférico rebota en el cuerpo de Escude y queda franco para el remate de Miguel Torres.
Analizar lo observado a partir de este instante, es volver a recordar momentos vividos en esta temporada donde la falta de actitud y el compromiso de uno profesionales han estado muy por debajo del escudo y la afición que representan. Decía nuestro entrenador en sala de prensa que prefería callar para no molestar a unos componentes con los cuales tiene que convivir pero eso no fue óbice para dejar entre líneas que muchos de estos futbolistas no entiende ni comprende la filosofía de una entidad que a golpe de casta, coraje, orgullo y calidad se situó en lo más alto del futbol español.
Con el siguiente comentario no pretendo señalar a Javi Varas como culpable de la derrota de ayer puesto que entiendo que lo sucedido en el terreno de juego es responsabilidad de todos los que estuvieron presentes en el campo de futbol o en el palco. En un artículo anterior hice referencia a la importancia de la vuelta de Andrés Palop a la titularidad por todo lo que aportaba al juego por su experiencia, capacidad de mando y motivación que influía cada jornada en el rendimiento del equipo. Desde que ocupó la portería se han producido desaplicaciones por las carencias de algunos de sus componentes pero en este periodo de tiempo no hemos observado una falta de disposición hacia el juego ni una conducta tan pasota por parte de unos futbolistas que son tratados con todo el respeto por una afición que demuestra un comportamiento ejemplar. No sé si guarda relación esta ausencia con la actuación del equipo pero es la única diferencia. El Sevilla cayó derrotado anteriormente con una imagen muy distinta donde se reflejó una falta de calidad para resolver ciertas situaciones que se presentaban en partidos concretos como fue el juego duro de Gijón o las bajas en Bilbao.
Como aficionado he sufrido derrotas dolorosas que han conllevado hasta descensos pero siempre estarán por encima de la humillación de contemplar unos profesionales que no rinden en su trabajo por falta de ganas. En mi opinión no vale la pena pedir disculpas cuando desde el tercer gol se bajan los brazos, no se corre, ni se presiona, ni se lucha por mantener la diferencia de goles. No pido que sintáis los colores o el escudo como aficionados pero exijo que lo defendáis como profesionales de una sociedad que os paga por desarrollar vuestra actividad o dicho de otra forma más coloquial por sudar la camiseta. Hoy muchos sevillistas tendremos que sudar nuestras camisetas en nuestros trabajos con el dolor de una derrota, si queremos seguir año tras años manteniendo nuestra ilusión de poder domingo tras domingo asistir a al Ramón Sánchez Pizjuán para demostrarle a unos profesionales como se lucha por unos colores, recibiendo solo ha cambio la satisfacción de una victoria.
Espero y deseo que esta sea la última inocentada de una plantilla que trató a una de las aficiones más fieles y agradecidas que hay en el mundo del futbol como Santos Inocentes.
Juan Medrano.
