«Masturbielsarse»

Escrito por Number 1 Sport. Creado en El Lector opina

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MASTURBIELSARSE. Por Fermín Hevia.

¿Y si me hubiese quedado con esa novia tan mona que tuve en el instituto, con lo lista y lo guapa que era? O si en lugar de ti, que ahora estás calvo como tu padre y gordo como tu hermano, me hubiese quedado con tu amigo Jose Luis, que no veas, que ahora tiene una empresa y un Mercedes y una melena leonina….Y si…..

Bielsa es un grandísimo entrenador, uno de estos filósofos del fútbol que lo son de verdad, no vendechanclas de pacotilla estilo Valdano o Gatti (coño, qué casualidad que son todos Argentinos) que te hablan de la yuxtaposición de los astros con la influencia consuetudinaria del volante izquierdo en el fútbol europeo de los últimos dos lustros. Cuando Bielsa habla de fútbol, Bielsa sienta cátedra; porque Bielsa sabe mucho de fútbol, lo devora, se lo bebe a pequeños sorbos, lo vive desgranándolo, reduciéndolo hasta el menor de los absurdos, para después intentar reconstruirlo a su antojo. Es el verdadero «Special One»; no acepten imitaciones portuguesas.

Pasado ya el besahuevos necesario al argentino, más que merecido no me malinterpreten, hay que sentar otra premisa no menos válida que la anterior: no hay ningún entrenador que no tenga un traspiés. Y Bielsa, como todo hijo de madre, los ha tenido. Por ejemplo, su paso por el Espanyol, al que dejó literalmente tirado con la liga ya comenzada para irse a la selección argentina. Tan romántico como poco profesional. Su paso por la selección albiceleste tampoco fue la panacea; un gran resultado con la olímpica en Atenas y un paso mediocre con la absoluta, especialmente en el mundial de Corea y Japón, volviendo a dejar a su equipo tirado por «problemas personales» en mitad de las clasificatorias para el mundial de Alemania. ¿Quiere decir ésto que Marcelo Bielsa no sea un grandísimo entrenador? En absoluto. Sin embargo, ni los fracasos pasados garantizan que un entrenador no pueda convertirse en un grande o alcanzar cotas elevadas en un equipo, ni un pasado brillante implica que a partir de ese momento, el entrenador sea un Midas del fútbol.

En Sevilla somos mucho de criticar lo propio y encumbrar lo ajeno. Supongo que es genético, porque se transmite de padres a hijos y de hijos a nietos, y además pasa en los dos clubes de la ciudad. Todo es mejor que lo nuestro hasta que lo nuestro se va, y echamos la vista atrás recordando cualquiera tiempo pasado porque fue mejor (Jorge Manrique dixit…). Y es que es muy diferente criticar argumentando porque lo que critiques sea malo (o te lo parezca) a criticar por comparación porque el que tengas al lado sea más guapo, más alto y más listo que tú.

Bielsa está haciendo un temporadón en el Athletic y pudo venir al Sevilla Fútbol Club, pero vino Marcelino. Que levante el dedo el que, en las 10 primeras jornadas de la Liga, no se haya alegrado mucho de que Marcelino estuviese entrenándonos en lugar del Argentino o, al menos, que haya pensado que igual Bielsa no acababa de cuajar en el fútbol español o en un club tan controlado por sus directivos como es el SFC. No es quitar méritos al argentino, es que eso pasa constantemente en el fútbol. ¿Ejemplos? CIENTOS: Benítez en el Ínter, Villas-Boas en el Chelsea, Paciencia en el Sporting, Juande en el Tottenham, Pellegrini en el Real Madrid, Del Bosque en el Besiktas, Luis Aragonés en el Fenerbahce, Capello con la selección inglesa. Eriksson ídem, etc.. Podría seguir durante días.
¿Alguien duda de la calidad de estos entrenadores? ¿Alguno de nosotros no nos habríamos traído a cualquiera de esta lista para entrenar al Sevilla Fútbol Club?

Nunca sabremos qué hubiese pasado si Bielsa viene al Sevilla. Vivir de los «y sis..» es tremendamente frustrante y peligroso. Cuando se fue Joaquín Caparrós no conocí a ningún Sevillista que estuviese ilusionado con la llegada de Juande Ramos. Ninguno. Cuando llegó Bilardo, no conocí a ningún Sevillista que no pensase que íbamos a disputar títulos. Ninguno. Uno venía de ser un mediocre y el otro un campeón del Mundo.
El fútbol, como todo en la vida, vive del presente. Nuestro presente se llama Míchel y continuará siéndolo hasta Junio. Esto no implica conformidad con las decisiones del presidente del Club, con la nefasta e infame gestión deportiva y económica de Monchi y con la connivencia de todos los consejeros paniaguados y adláteres de los medios que los rodean. Implica que nuestra realidad futbolística es la que es, inmutable e invariable con condicionales de «si mi abuela tuviese manillar y ruedas sería una bicicleta», sino con los recursos humanos y futbolísticos (más o menos limitados) que hay dentro del vestuario.

Disfruten ustedes con el juego del Athletic de Bielsa. Lo merece. Pero pensar en lo que hubiese hecho en el Sevilla o extrapolar lo que está haciendo con los vascos a esta santa ciudad, es una macoca infame, una paja mental de un tamaño descomunal y, además, una mentira condenada al fracaso. Mi equipo, mis futbolistas y mi míster, los de colorado, están hoy volando para Gijón. El resto es todo mentira.

Twitter: @Ninjalepero