Blog: «UN SEVILLISTA CUALQUIERA»

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UN SEVILLISTA CUALQUIERA. Por Ravesen.

IMBÉCILES REDOMADOS.

Hasta en el telediario de la Primera se ha visto. A nivel nacional, en hora punta, en el informativo con más audiencia. Para que toda España se pueda reír bien de nosotros. Como siempre, como toda la vida. Hasta ahí ha llegado la gracia de estos imbéciles redomados.

Hace unos días hablaba de lo que me satisfacía comprobar que la relación entre sevillistas y béticos había mejorado de un modo notable. Recordaba el homenaje que ellos dieron a Antonio Puerta y cómo fueron recibidos en nuestra casa con una ovación. Destacaba el modo en que ambos clubes van de la mano en el asunto de las televisiones. De hecho, el presidente del Betis dio la cara por su homónimo sevillista en la reunión de la LFP cuando todos los demás se mostraban en contra, o callaban como putas. Eso honra al Betis. Le honra muchísimo. Incluso, esta semana, los dos equipos han mostrado públicamente su apoyo a la candidatura de Sevilla para acoger la final de la Copa Davis de tenis. Es para estar orgullosos el comprobar que Sevilla y Betis aparcan su eterna rivalidad cuando un bien mayor, la Ciudad de Sevilla, necesita de esa unión.

Hoy no hablo como sevillista. Hablo como sevillano. Hablo como un ciudadano que tiene sus orígenes en esta maravillosa ciudad y que se siente orgulloso hasta los tuétanos de ser oriundo de ella. Que la defiende como gato panza arriba cuando quien sea osa a desprestigiarla, cosa que tengo que hacer a menudo porque me familia política no es de aquí, y la imagen que se tiene de nosotros fuera de aquí es la que es, a años luz de la realidad. De la realidad mayoritaria, porque esa otra realidad existe, sigue existiendo. Y por mucho que queramos deshacernos de ella, siempre hay un imbécil redomado listo para volver a menear la mierda. En vez de tirar de la cadena, que es lo que haría cualquier persona con un mínimo de raciocinio.

Y ayer, los imbéciles redomados volvieron a salir a escena. Porque hay que ser imbécil redomado para sacar una noticia como la que se sacó ayer. Me refiero, claro está, a lo del extracto de la clasificación que aparece en la portada de la web del Sevilla FC en el que no aparece el Betis. Ni el Madrid, ni Sporting, ni el Villarreal ni ningún equipo que no esté tres puestos por arriba y dos por debajo del Sevilla. Como siempre ha sido, como es también en la inmensa mayoría de las webs de los clubes de Primera División.

Que conste que no tengo ni idea de quien fue el que sacó la noticia. Ni interés por conocerlo tampoco. Sólo sé que ha llegado hasta el telediario de la primera. Que, por cierto, también engañan mienten y manipulan, porque lo que dijeron era mentira, para cuando publicaron la noticia ya se habían dado las explicaciones pertinentes por parte del club, tuvieron tiempo de contrastar la veracidad de esa explicación. Y si no lo hicieron, son unos periodistas pésimos. Y si lo hicieron, son simplemente unos embusteros por decir lo que dijeron para que toda España se pudiera reír de nosotros. Se pudiera seguir riendo.

Lo que sí que sé es que la noticia salió de Sevilla. Y eso es lo más lamentable. Ya hay que ser imbécil. Imbécil redomado. Precisamente ahora que los dos equipos del a ciudad destacan en los puestos altos de la tabla. Precisamente ahora que los dos equipos de la ciudad están de la mano en un asunto tan importante como el de las televisiones. Precisamente ahora que la Ciudad de Sevilla ha presentado su candidatura para un evento tan importante como la final de la Copa Davis y que necesitamos mostrarnos como lo que somos en verdad, personas serias, trabajadoras, responsables y capaces de asumir un reto como ese. Precisamente ahora. Ya hay que ser torpe. Ya hay que ser imbécil.

¿Por qué no se destaca la unión que decía anteriormente? ¿Por qué no se alaba el hecho de que los dos clubes estén haciendo frente común para detener una ofensa tan grande como el hecho de que nos estén robando? ¿Por qué no? Estamos en Sevilla, somos Sevilla, se trata de un bien superior, de lo que nos une. Hay una lucha abierta en la que todos deberíamos unirnos. Que no se trata de hacer desaparecer la rivalidad, sino de aparcarla cuando lo que nos une está siendo amenazado, ninguneado, engañado, insultado, vejado…

¿Tan difícil es de entender la importancia que tiene el momento? No, para una persona normal. Sí, para un imbécil redomado.

Precisamente ahora, joder. Precisamente ahora que todos sabemos que las flechas van dirigidas directas al Sevilla, personificado en Jose María Del Nido, por luchar en pos del bien de todos, vamos y les damos carnaza a los que las tiran. Al Sevilla personificado en Jose María del Nido, el mismo que les invitó a gambas y jamón en la Feria. El mismo que, mientras todos los demás estadios se cerraban para las radios, fue el único que abrió el suyo para que los periodistas pudieran trabajar. Pero lo que más me jode es que esa carnaza viene de aquí, de la propia Sevilla. Se puede ser más imbécil. Más imbécil redomado.

Y cualquiera podría venir ahora hablando de eso tan cínico de la libertad de prensa. ¡Los cojones! La libertad de prensa, la libertad de informar de lo que cada uno quiera es una cosa, y la libertad de mentir es otra que no se puede permitir. Porque lo de ayer no fue información. Informar es decir lo que pasa, no mentir para hacer parecer que pasa una cosa cuando en verdad no es así. Eso es mentir, manipular, engañar de forma torticera. Una mierda vamos. Una mierda de periodismo.

Estarán orgullosos los carajotes. Ya tenemos otra vez charanga y pandereta como portada de los informativos. Ya están otra vez mirándonos y riéndose de nosotros. Otra vez. Ahora, cuando yo vaya al norte a visitar a la familia de mi mujer y ellos se metan con Sevilla y el Sevilla a causa de esto, a ver cómo les explico yo que las cosas no fueron así. A ver como. ¡Gilipollas! ¿No tenéis otra cosa de la que hablar? ¿Es que vuestro cerebro no da más de si? ¿Es que sois tan simples, tan cortos, tan poquita cosa que no se os ocurre nada más que volver a esa estúpida rivalidad de tontos del bote que tanto nos está costando dejar de lado? ¿Es eso lo que vende? Es que os imagino yendo ayer a hablar con vuestros jefes de Madrid como perritos babosos para darles lo que a ellos les gusta. Y a esos jefes acariciándoos la cabecita con complacencia y dándoos un mendrugo de pan como premio. «Bien, perrito, bien. Así se hace. Hala, vuelve a tu casetilla y no molestes».

¡Gilipollas!

Sólo me queda deciros una cosa más. Es muy simple. Yo, como sevillano, os desprecio. Sevilla se merece mucho más que vosotros. Sois una vergüenza. Me dais vergüenza. Vergüenza ajena. Podréis seguir con vuestras cosas, podréis mantener vuestros trabajos, sin duda volveréis con alguna de las vuestras. En cuanto tengáis la más mínima ocasión, no me cabe duda. Sois así, no dais para más. ¡Qué pena! ¡Qué poca cosa!

Pero que tengáis claro que Sevilla se os queda grande. Que, como acabo de decir, Sevilla se merece mucho más que vosotros, y que vosotros os merecéis mucho menos que Sevilla. Y que, no es que no seáis dignos de ser llamados periodistas. Es que no sois dignos de ser llamados sevillanos.