Francia y nuestros complejos

Escrito por Rafael Sarmiento. Creado en Más Fútbol, Number1 opina

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España sufría lo que llamábamos la maldición de cuartos hasta que, en verano de 2008, se terminó con ella y nos levamos la Eurocopa. España nunca había ganado un Mundial, hasta que un día, hace dos años, prolongamos la racha iniciada en Austria y Suiza y nos llevamos el título en Sudáfrica. Ahora nos dicen que España jamás ha ganado a Francia en partido oficial. Y yo me pregunto: ¿Y qué?


Tengo que reconocer que, entre los tres que nos podían tocar, Francia era el último rival en mi lista de preferencias. Sin embargo, una vez que sabemos que nos vamos a cruzar con él, tampoco es que esté especialmente asustado. Estoy absolutamente convencido de que tenemos mejor equipo que ellos. Pero absolutamente, sin ningún género de dudas. Además, somos los campeones. Somos los auténticos e indiscutibles campeones. De todo. De Europa, del Mundo, la mejor selección del planeta, y así lleva siendo desde hace bastante tiempo, no es ninguna novedad. Francia es potente, claro que sí, siempre lo ha sido y dudo mucho que llegue algún día en que deje de serlo. Pero los mejores somos nosotros y lo hemos demostrado por activa y por pasiva.

Por tanto, no es el tema futbolístico lo que me preocupa, sino otra cosa. Lo que más me preocupa es nuestro ancestral complejo de inferioridad, el cual se ve especialmente acuciado cuando nuestros vecinos del norte se cruzan en nuestro camino. Ellos siempre han sido superiores a nosotros en todo… hasta hace un par de décadas. Desde entonces, los deportistas españoles han ido dejando atrás a los franceses de forma paulatina y continuada. En ciclismo, les arrollamos, aun quitando a Contador. En tenis, ¿qué decir? Ojo, y aun quitando a Nadal. Incluso a Ferrer si me apuran. En baloncesto, en balonmano, en waterpolo, en la inmensa mayoría de los deportes de equipo…. Y eso que en algunos de estos son muy buenos, en especial en balonmano. ¿Alguien conoce a algún motociclista francés del nivel de los muchos que tenemos nosotros? ¿Algún automovilista? Incluso en fútbol, después de Zidane, ¿qué ha hecho Francia en el deporte rey? ¿De qué gran estrella pueden presumir sin que nosotros tengamos mil respuestas para darles y dejarles tirados? ¿De qué logros? ¿De qué equipos?


No hay color hoy por hoy entre Francia y España. No hay color aun reconociendo su fortaleza. Incluso, para mitigar un poco la contrariedad que esta realidad les supone, se están empeñando en lanzar porquería hacia nosotros en forma de sombra de sospecha alrededor del dopaje. Eso sí, disfrazándolo de bromas con esos ridículos guiñoles que tanta polémica han despertado.

Pero, como decía, nuestro gran problema es el complejo de inferioridad. Y la ansiedad que nos puede dominar por el deseo de demostrar nuestra fortaleza, cuando actuando con naturalidad lo haríamos con mucha mayor intensidad. Ese complejo se está viendo claro muchas actitudes y comentarios que uno se encuentra por ahí. Como, por ejemplo, ese titular que dice que nunca les hemos ganado en partido oficial. En vez de expresar nuestras grandezas (que en fútbol las tenemos, y muchas), resaltamos la única cosa de la que, en la actualidad, ellos pueden presumir. Bien, es cierto que nunca les hemos ganado si no en amistosos, pero vuelvo a preguntar: ¿y qué?

Para colmo, los franceses saben de estos complejitos nuestros y seguro que harán uso de ellos de igual manera que los italianos con lo del “biscotto”. No caigamos en la trampa. Seamos nosotros mismos porque, de esa forma, tienen bastante poco que hacer. No les hagamos el juego. Acordémonos de tanto bueno como tenemos en el deporte y no de lo poco con lo que puedan contar ellos. De lo poco en comparación con nosotros. Aparquemos de una vez los complejos y, simplemente, demostremos nuestra superioridad.

Twitter: @Ravesen_