No comenzó siendo de la partida, pero aprovecha cada oportunidad como si le fuera la vida en ello. El despertar de Miranda deja fútbol… y goles.
Cuando se anunció el fichaje de Juan Miranda por el Real Betis, el aficionado verdiblanco respiró tranquilo. Primero porque se conseguía traer a uno de los defensas con más talento y futuro del fútbol español, segundo porque era uno de esos futbolistas por los que suspiraba Serra Ferrer para traer al Betis, algo que no había conseguido hace dos veranos, y porque se contaría con un defensa de clara vocación ofensiva. De paso, el Betis conseguía la cesión de un chaval forjado en su cantera de donde dio el gran salto al FC Barcelona, el sueño de aquel niño nacido y criado futbolísticamente en Olivares, donde dio sus primeros pasos hasta llegar a la Avenida de la Palmera. Los comienzos en su retorno a la que siempre ha sido su casa no fueron fáciles, ya que le ha ido costando entrar en el equipo y la falta de ritmo la acusó al principio. Pero cuando ha ido apareciendo siempre ha dejado señas de ese ADN ganador, de su clase y de algo que siempre se le dio bien pese a su posición de defensor: marcar.
Su gran especialidad, los lanzamientos de falta siguen muy presentes, el último en el partido de Copa del Rey de esta semana y en un momento, que tal como estaba el marcador, tanta falta hacía. Esto tiene su parte buena y su parte mala. La primera de ellas es que el Betis disfruta de un gran futbolista y saca el máximo rendimiento, lo que a la vez no es bueno ya que eso podría provocar su regreso a Can Barça donde las cosas no van bien y la plantilla está en plena reestructuración dado los malos resultados del equipo azulgrana. De momento encadena ya encadena seis partidos consecutivos jugando los noventa minutos. Cuatro de Liga y dos de Copa, y ha participado en los ocho últimos encuentros del equipo bético. Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker Foto: Twitter Miranda
