David Ruiz

Al barco de Monchi solo le falta la guinda

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla ha puesto fin a una temporada liguera de notable alto. Un proyecto nuevo encabezado por Monchi y Lopetegui que solo ha sufrido el traspiés de la Copa del Rey, pues en liga ha terminado cuarto con 70 puntos envidiables y solo seis derrotas. La guinda sería un buen rendimiento en la Europa League que permita llegar a la final o traerse la sexta.

El Sevilla tenía claro que tras varios vaivenes deportivos y extradeportivos este año debía ser el de la estabilidad. El club necesitaba una cabeza visible que representara a los sevillistas, un faro, y el hombre elegido para desempeñar ese rol fue Ramón Rodríguez ‘Monchi’. Con el gaditano encabezando el proyecto, solo cabía esperar que sacara de su chistera auténtica magia. Y así sería.

Su primera elección creó controversia. El entrenador elegido para capitanear el barco fue un Julen Lopetegui cuestionado desde su llegada, pero que ha ido callando bocas con el paso de las jornadas. Monchi atisbó esa ilusión en el vasco por hacer algo grande. Una ilusión pensada para crear un gran Sevilla a tres años vista, pero que ha comenzado a despuntar desde su primer año.

Luego llegaron los hombres para sostener este nuevo proyecto. Hombres sin nombre que siempre se revalorizan. Fichajes made in Sevilla, o made in Monchi: Diego Carlos, Koundé, Fernando y Ocampos han sido piezas más que importantes a las que hay que añadirles la regularidad de Gudelj y los buenos momentos de Óliver Torres y Jordán.

Pero también ha tenido lunares el equipo de Monchi y Lopetegui. Para suerte sevillista, éstos fueron pocos. La delantera no ha funcionado. Se trajo a Chicharito, pero acabó saliendo en enero, al igual que un Dabbur que nunca encajó. De Jong no ha resuelto la cuota de gol necesaria en un equipo top y tampoco En-Nesyri ha convencido en los seis meses como rojiblanco.

El otro gran lunar ocurrió en Copa del Rey. Hasta su caída frente al Mirandés, el Sevilla de Lopetegui era un equipo serio, competitivo, que siempre se desgastaba. Pero ese día algo falló. No se pareció a sí mismo y salió de una competición en la que había muchas esperanzas puestas. Uno de los tres objetivos se perdió, pero aún quedaba la bala de Europa League y de la Liga.

Todo parecía indicar que el Sevilla acusaría ese golpe de Copa, pero a pesar de tener momentos más regulares que otros, supo mantenerse arriba, competir cuando tocaba y recuperar puntos perdidos. Supo, en definitiva, agarrarse a unos puestos Champions de los que apenas iba a salir a lo largo de las jornadas. Competir tras el confinamiento sería la gran prueba, y la pasó con matrícula de honor.

Se ha visto un Sevilla reconocible, con identidad. Poco rematador, pero con gran capacidad para desactivar a sus rivales y evitar que se acerquen a su portería. Se ha construido la casa por los cimientos y el equipo se ha sostenido bien. Falta hacer unos retoques en el tejado que permita tener más gol, pero lo básico, lo que hace a un equipo realmente competitivo, lo tiene.

Aún falta la guinda del pastel. En una semana empezará a competir por la sexta Europa League. Será entonces cuando se pueda hacer un análisis real de esta primera temporada del Sevilla de Monchi y Lopetegui. Una temporada extraña y convulsa por el Covid-19, pero que puede ser muy recordada en Nervión. Espera la Roma con el cuchillo entre los dientes. Pero enfrente tendrá al pentacampeón.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Foto: QUICO PÉREZ VENTANA @Perezventana