David Ruiz

Real Betis 0 – 2 Sevilla FC – El Sevilla impone su Gran Poder

Escrito por David Ruiz. Creado en Real Betis, Sevilla FC

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El Sevilla FC venció de forma solvente y controlada el derbi sevillano. Lopetegui acertó con su planteamiento, dominó al conjunto de Pellegrini durante toda la primera mitad y Guido, con su expulsión, allanó el camino en la segunda. Acuña con un soberbio golazo y Bellerín en propia puerta fueron los autores de una nueva victoria sevillista en el Villamarín.

REAL BETIS: Bravo; Bellerín, Pezzella, Edgar, Álex Moreno; Guido Rodríguez, Guardado (Juanmi 63′); Rodri (Tello 63′), Fekir (Joaquín 87′), Canales; y Willian José (William Carvalho 46′).

SEVILLA FC: Bono; Montiel, Koundé, Diego Carlos, Acuña (Augustinsson 87′); Fernando, Joan Jordán (Óliver Torres 75′), Rakitic (Delaney 82′); Lamela (Papu Gómez 75′), Ocampos y Rafa Mir (Munir 82′).

GOLES: Mateu Lahoz (valenciano). Expulsó por doble amarilla al verdiblanco Guido Rodríguez (45′). Amonestó al local Tello y al visitante Diego Carlos.

ÁRBITRO: 0-1 (55′) Acuña; 0-2 (81′) Bellerín, en propia puerta.

NÚMERO 1 DEL SEVILLA FC: Acuña

Partido de único dueño en el Villamarín. El Sevilla se llevó uno de los derbis más claros que se recuerdan en los últimos años. Fue superior de cabo a rabo, primero por su buen planteamiento y, después, por una expulsión de Guido que no hizo más que allanar el camino de los de Lopetegui. Inteligente, serio y confiado, supo anular al Betis y conseguir desesperarlo hasta que los goles llegaron, como se dibujó en toda la segunda mitad.

Porque si en el encuentro fue tan superior fue precisamente por eso, porque demostró una lectura de partido tan correcta que consiguió anular por completo a su rival y atacar de forma coherente para encontrar el gol. En la primera mitad jugó a controlar el tempo de partido, evitar que el Betis tuviera el balón y desesperar con posesiones y ataques largos. Le iba a salir a la perfección. 

El Betis apenas consiguió aparecer por la meta de Bono salvo un disparo fácil de Fekir y un centro envenenado de Rodri. Fueron los únicos acercamientos de los de Pellegrini, que no tenían el balón y sufrían con el paso de los minutos. Rafa Mir tuvo una ocasión muy clara tras un centro raso de Montiel, pero no fue el día del delantero hispalense, quizá el menos entonado de un equipo sevillista muy sólido.

El Sevilla era amo y señor del encuentro y en frente tenía a un rival que no sabía cómo sacudirse ese dominio. Aún así, encontraba acciones aisladas, como una que nació de las botas de Fekir para que Bellerín marcara, aunque en fuera de juego. Poco más encontró el Betis, incapaz de enlazar pases y superar a un Sevilla bien plantado y disciplinado que cumplía el plan a rajatabla.

Pero al filo del descanso iba a suceder una jugada clave. Guido era expulsado por segunda amarilla y dejaba a su equipo con uno menos toda la segunda mitad. Si ya estaba funcionando el plan hispalense, todo iba a mejorar. Con uno más, el equipo de Lopetegui jugó a hacer el campo ancho, llevar al Betis de lado a lado hasta encontrar los espacios adecuados para marcar el primero. Y el primero iba a llegar.

Sería obra de Acuña con un duro golpeo al que nada podía hacer Bravo. Era un gol que se barruntaba desde el comienzo del segundo periodo porque el Sevilla estaba controlando al Betis y esperando su momento. Con marcador a favor, el plan siguió su curso: control y más control evitando riesgos. Quizá necesitó algo más de verticalidad el equipo de Lopetegui, pero la apuesta le salió bastante bien.

El Betis intentó sacudirse el dominio pero más por empuje y corazón que por convicción. El Sevilla lo tenía todo atado y bien atado, salvo la distancia en el marcador. Fue el único pero de esta segunda mitad tan dominante. Prefirió un plan conservador a buscar el segundo y esto espoleó a un Betis que veía cómo, a pesar de todo, estaba a tan solo un gol. Sin embargo, lo inevitable acabaría llegando, el segundo tanto sevillista.

Montiel, que completó un gran partido, recibió un excelente pase en profundidad de Rakitic y su centro iba a ser rematado por Bellerín hacia su propia portería. Se pidió fuera de juego en la jugada, pero el VAR demostró que la acción era legal y confirmaba una clara victoria visitante. Sobraron los últimos 15 minutos, donde el equipo de Lopetegui prefirió tocar a hacer sangre sobre su rival.

La victoria deja clara la superioridad sevillista, demostrada sobre el verde y no sobre las sensaciones previas al partido. El Sevilla asumió el papel de equipo grande y lo cumplió. Dejó atrás las dudas, hizo conjura y despertó. No había mejor día para hacerlo. No existía mejor momento y escenario para exhibir su Gran Poder. Y es que, una vez más, demuestra quien sigue siendo el Señor de Sevilla.

Por : David Ruiz

Fotos : Quico Pérez-Ventana