El Sevilla FC confirmó lo que era un secreto a voces, la destitución de Sampaoli tras los malos resultados del conjunto que han dejado al equipo de Nervión en una situación muy preocupante y con peligro del descenso.
La llegada de Jorge Sampaoli fue el punto de inflexión de una situación tremendamente complicada que a día de hoy, meses después no ha cambiado, con un Sevilla a la deriva, tuteando con el descenso, que no aporta nada, que no transmite y que solo le salva la ilusión de la UEFA Europa League, la que sin duda es su competición y en la que se encuentra clasificado para los cuartos de final donde se medirá al Manchester United, verdugo del Real Betis y FC Barcelona, anteriores rivales.
Pero Europa no es suficiente bálsamo sobre todo si tenemos en cuenta que el presupuesto queda muy tocado al no entrar en la Champions League, algo que sí hizo en anteriores ediciones. Al llegar Sampaoli al Sevilla en esta segunda etapa hubo quien vaticinó «no llegará a Semana Santa», y así ha sido. Sin fichajes, sin el equipo de la anterior etapa y con mucho que mejorar, con el argentino el Sevilla ha sido un equipo mediocre e irregular a años luz del proyecto ganador y campeón que construyó a imagen y semejanza José María del Nido y que ahora años más tarde es una triste caricatura de aquel equipo ejemplar.
Tras el Mundial el equipo ha sido más o menos lo que era antes, es decir, nada. Y eso le ha llevado a Jorge Sampaoli a su destitución, un adiós que si alguno tuviera un mínimo de vergüenza (léase Pepe Castro) acompañaría al argentino en su adiós ya que sin duda el actual presidente sevillista es el gran culpable de que este transatlántico que dejó Del Nido, sea actualmente una barquita a la deriva y sin un horizonte claro. Ver para creer en lo que se ha convertido ese equipo ganador, campeón, que miraba cara a cara a los grandes de España y Europa, y que hoy es goleado y humillado mientras intenta sobrevivir en una zona baja muy apretada.
Para Sampaoli tantos debes como para Castro, aunque en favor del primero hay que decir que trabajó con lo que había, una plantilla vieja y ajustada. Los últimos resultados en LaLiga le han pasado factura a pesar de que en la Europa League salvó el match ball que se le presentó en Turquía. El técnico, con señorío se ha despedido de la que hasta hace un día ha sido su afición en una carta que dice así:
Me toca decir adiós a una ciudad y a unos colores que llevo en el corazón.
Cuando me llamaron para regresar, pensé que era una buena opción para cerrar una primera etapa que, de alguna manera, había quedado abierta. Sevilla es el primer equipo en mi carrera en el que intento una segunda oportunidad. Y puedo certificar que, pese a que las circunstancias fueron diferentes, mi cariño por este escudo no se rompe y continúa siendo enorme.
Me voy con la cabeza alta por la actitud en todos los momentos, porque estamos en cuartos de final de Europa League y porque nos esforzamos muchísimo para sacar esta historia adelante. El fútbol no siempre nos devuelve con alegrías el insomnio que le dedicamos. Pero no tengo dudas de que valió la pena ofrecer y poner el corazón por este escudo.
Quiero agradecer a los jugadores y a cada empleado del club por habernos acompañado. No tengo dudas de que lograrán el objetivo.
Quiero que llegue mi gratitud a los hinchas por el empuje en el Sánchez-Pizjuán, donde este año nos hicimos muy fuertes. Es hermoso jugar allí.
Le deseo toda la suerte del mundo al Sevilla y le dejo un abrazo fuerte al entrañable sevillismo.
Jorge Sampaoli
Adiós Sampaoli, bienvenido Mendilibar. Que haya suerte…
Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Sport
