El Sevilla FC dice adiós a la Champions de la forma más dolorosa posible. Con un partido 2 0 a favor y totalmente controlado, Ocampos se autoexpulsa y el PSV remonta. Es la puntilla para un club muy dañado que ve su futuro aún más negro. Solo le queda agarrarse a entrar en Europa League, pero este equipo y club sale muy mermado en todos los ámbitos del partido de esta noche.
SEVILLA FC: Dmitrovic, Jesús Navas (Juanlu, minuto 57), Gudelj, Sergio Ramos, Acuña, Fernando (Óliver Torres, minuto 83), Sow (Jordán minuto 72), Rakitic, Ocampos, Lukeabakio (Nianzou, minuto 72) y En-Nesyri (Rafa Mir, minuto 72) PSV: Benítez, Teze, Ramalho (Saibari, minuto 57), Boscagli (Van Aaholt, minuto 83), Dest, Schouten (Pepi, minuto 83), Til (Tillman, minuto 57), Veerman, Bakayoko, Lozano (Vertessen, minuto 43) y De Jong. GOLES: 1-0 Sergio Ramos, minuto 24. 2-0 En-Nesyri, minuto 46. 2-1 Saibari, minuto 68. 2-2 Gudelj (propia meta), minuto 82. 2-3 Pepi, minuto 92. Árbitro: Davide Massa. Amarillas para Lozano, Ocampos (doble amarilla y roja) y roja para Fernando Incidencias: Estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante 30.000 espectadores El Number 1 del partido: Lukebakio Cuando el sevillista pensaba que no podía sentir mas decepción y desilusión por su equipo, este le brinda el partido de esta noche ante el PSV. Una mezcla de sensaciones que deja desazón y alarmismo por un futuro muy negro por culpa de un presente del que es imposible escapar. Al Sevilla le sale todo mal. Por una cosa o por otra no saca los partidos adelante y hoy, que fue infinitamente mejor que su rival, acabó perdiendo.
Y lo hizo por un antagonista claro, Lucas Ocampos. El argentino echó por tierra todas las notas positivas que había cosechado el Sevilla hasta el minuto 60. Un Sevilla vertical, profundo, que concedió poco y que mostró algo de mayor confianza gracias a la pegada y sentirse superior de verdad al PSV. De nada sirvió el primer tanto de Ramos con su equipo, ni tampoco el segundo de un En Nesyri que se volvió a reencontrar con el gol. Ocampos cometió una imprudencia que le costó al segunda amarilla y la expulsión cuando mejor estaba su equipo, que incluso tenía el control hasta para hacer el tercero. El partido giró 180 grados, el PSV dominó, anotó pronto, metió miedo a su rival y le consiguió empatar para echar por tierra cualquier abismo de esperanza. Paradójicamente, mostró menos miedo con el empate de los holandeses que con el 2-1, pero no sirvió para nada. Cuando un equipo tiene la confianza bajo mínimos y hace aguas a las primeras de cambio suceden estas cosas. El PSV, que en su liga pasa por una fase totalmente opuesta, tuvo la calma y la serenidad necesaria para jugar la superioridad y acabó barriendo a un Sevilla nervioso, sin ideas y con un entrenador que volvió a tomar decisiones muy extrañas. Anotó el tercero en una contra el PSV, haciendo que la grada del Pizjuán se vaciara. Solo queda desolación en un Sevilla que lo está perdiendo todo a pasos agigantados y que lo que le espera a nivel económico es mucho peor. Está empeñado en autodestruirse y lo único que queda es volver a esperar un milagro como el de la temporada pasada. Es imposible ser optimista después de este partido en Nervión y esa es la peor de las lecturas que se puede hacer de un Sevilla literalmente muerto. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: SFC
