Vacas sagradas y maniquíes

Escrito por Number 1 Sport. Creado en El Lector opina

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VACAS SAGRADAS Y MANIQUÍES. Por Fermín Hevia.

Kanoute es el mejor futbolista en la Historia del Sevilla Fútbol Club. No recuerdo a un jugador con más calidad, más peso y más entrega en los 30 años que llevo viendo a mi equipo en el Ramón Sánchez Pizjuán, ni creo sinceramente que nadie que lleve más años que yo tenga a algún futbolista que haya llevado esta camiseta en más alto concepto.

El Sevilla Fútbol Club como institución le debe muchísimo a Kanouté: goles en finales, lucha, casta, coraje,… valores que se llevan identificando con nuestro Club desde sus inicios y que son agradecidos por todo el que rezuma Sevillismo.

Sin embargo, Kanouté no debe olvidar 2 cosas: La primera es que él también le debe mucho al Sevilla, que era un futbolista de 28 años que no pasaba de haber tenido una carrera discreta en equipos discretos. Gracias a la conjunción de futbolistas de la «Generación de 2005», pudo sacar el jugador clase A que había en él y crecer, tanto deportiva como económicamente (nadie en el fútbol es altruista), hasta niveles con los que probablemente no había soñado en su vida. La segunda es aún más importante que la primera: NADIE, ABSOLUTAMENTE NADIE, por muy glorioso que haya sido su paso por el Club, está por encima de la Institución.

A Vicente Del Bosque, flamante campeón del Mundo (ahora Marqués del Nabo), tras haber conseguido cotas inmejorables por ningún otro míster en un Real Madrid convulso, lo acabaron largando del equipo las «vacas sagradas» del vestuario. Allí jugaba quien decían Hierro, Raúl, y el de la moto, futbolistas que son santo y seña en el, por títulos, mejor equipo de la Historia del fútbol. La connivencia del entonces (y ahora) presidente de la entidad madridista, fue criticada por lo «bajini» (en la capital) y por lo «altini» (en el resto de provincias), señalando a un dirigente que se había pasado por el forro las jerarquías establecidas y, por consiguiente, la propia idiosincrasia del club que regía.

Lo que ha pasado hoy entre Marcelino y Kanoute sólo lo saben ellos dos. Sin embargo, si hay una falta de respeto, es la del futbolista, cuya obligación es obedecer a pies juntillas las órdenes e instrucciones del entrenador. Así es como lo determina el Club, así es como tiene que ser y cualquier cosa que no sea eso, es una absoluta falta de respeto por las normas de una institución mucho más grande de lo que Frederic Oumar Kanoute será en su vida, por muchas tardes de gloria que haya dado y por muchos títulos y galones que cuelguen de su pecho.

La figura de Marcelino sin embargo, se ve mucho más afectada tras esta supuesta trifulca. Refleja el naufragio de un proyecto sin bases sólidas, hecho mal, a mata caballo, como un parche que era una tercera opción, en la cual el interesado ni pinchaba ni cortaba, se encontró con la oportunidad de su vida, el tonto al que le ha tocado la lotería. El vestuario no está con él, la afición no está con él, el Consejo no está con él por mucho que diga.
Marcelino es un hombre de paja, uno más, de los que a Monchi le gusta poner en un vestuario en el que él es dueño y señor, la mano que mece la cuna, el representante en lo deportivo de una persona que no sabe delegar ni sabe dar un paso atrás (más bien todo lo contrario tras ver los últimos movimientos accionariales) cuando su concurso como presidente del Sevilla Fútbol Club hace más daño que beneficio a la Entidad.

¿Echar a Marcelino es la solución definitiva? NO. Pero supondría un revulsivo para una piña de futbolistas sin alma y sin rumbo, unos porque se creen más grandes que el que los entrena, otros porque no se creen a un testaferro que no sabe a lo que juega y que es, con diferencia abismal sobre el resto, el entrenador más incoherente de los últimos años.
Marcelino debería salir, debería haber salido hace meses, pero no se engañen: el malo, malo de verdad (para la Entidad, se sobreentiende), está dentro, y acaba de renovar a su peor secuaz para los próximos 5 años.
¿Podemos hacer algo para cambiar ésto?

Fermín Hevia.
Twitter: @Ninjalepero