«El Bisonte» se hace con la Vuelta a España

Escrito por Carlos Martinez. Creado en Más Deportes

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Juan José Cobo, conocido como «el bisonte de la pesca», puso punto y final a sus dos años sin victorias y se hizo con el triunfo más grande de su vida: La Vuelta a España.


Esta ha sido la Vuelta de los ‘tapados’. Del repóker de grandes favoritos sólo uno, Bradley Wiggins, jefe de filas de Froome, se alzó al podio, en el escalón más bajo. Ha sido una Vuelta de locos, la que más líderes ha tenido en la historia de las tres grandes por etapas, nueve, y en la que ciclistas que han de ser el futuro se han estrenado en una ronda de tres semanas. Encabeza la lista Peter Sagan, que ayer ganó su tercera etapa gracias a un regalo de un Petacchi, empecinado en cerrar a un Bennati con la reserva puesta.

También ha servido la Vuelta para que Bradley Wiggins se convenza de que puede optar a una grande. Ha ganado subiendo, perdido en la contrarreloj y ha errado al no dar más cuerda a su compañero Froome, auténtica revelación. Dos británicos en el podio de una grande nunca se había visto. El único precedente era el de Robert Millar, segundo en la Vuelta del 85 y el 86 y en el Giro del 87.

La cantidad de líderes que ha tenido la carrera da una idea de lo ajustada que ha ido. Seis finales en alto sólo han servido para que el cántabro y el keniata con nacionalidad británica acabasen la carrera separados por trece segundos.


Puede decirse que Cobo ha ganado gracias a las bonificaciones, que en las metas falsean la carrera. En sprints intermedios cobran un mayor sentido ya que avivan la etapa.

La de Cobo con Froome es la tercera diferencia más ajustada en la historia de la Vuelta, sólo superada por los seis segundos entre Eric Caritoux y el malogrado Alberto Fernández en 1984 y los once entre los desaparecidos José Manuel Fuente y Joaquim Agostinho en 1974.

Froome ni intentó limar diferencias en los dos sprints bonificados porque nada más entrar a Madrid se formó un grupo numeroso en cabeza que fue pronto absorbido, aunque tres de ellos, Horrach, Benítez y Caruso, decidieron exhibirse en la capital con el consentimiento del Geox, que también ganó la general por equipos, y de los que tenían que controlar para el sprint.

Con tres delante a una distancia asequible, el carrusel dio once cansinas vueltas hasta que se puso la directa, al final «El Bisonte» se hizo con unos de los sueños de su vida y subió a todo lo alto del cajón de una de las grandes, la Vuelta a España.