A Xana, Luis Enrique, Elena y la Familia Martinez Cullel

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Más Fútbol, Nuestros números 1, Number1 opina

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Nada más duro en la vida que perder un hijo, algo para lo que no estamos preparados. La pérdida de los padres duele, pero el ser humano está preparado para ello. Luis Enrique acaba de perder a su hija Xana de nueve años a causa de un cáncer de huesos. Un adiós de los que no se superan…

Cuando a mediados del mes de junio Luis Enrique anunciaba que se marchaba de la selección española por temas personales se encendió la luz de alarma. Estaba claro que su adiós no era una medida caprichosa del seleccionador, sino algo estudiado y obligado. Comenzamos a buscar los motívos de su inesperada marcha y surgió el problema: la grave enfermedad de su hija de nueve años Xana, que luchaba con todas sus fuerzas ante un osteosarcoma.

No le dimos más vueltas al tema, así lo había decidido Luis Enrique y su familia, pedían privacidad en unas circunstancias dolorosas, vivirlo en la intimidad, con el lógico dolor y preocupación de tan desagradable enfermedad para su hija Xana, pero en silencio, en soledad, en esa dura soledad de cuando ya sabes el triste final de la historia pese a que hagas todo lo posible por evitarlo. Es de esos partidos que sabes que por mucho que corras, por mucho que te entregues, por mucho que sueñes… tu sueño nunca se hará realidad.

Y eso es muy duro para quien como Luis Enrique tiene un carácter ganador. Tener que bajar los brazos, resignarte a que haga lo que hagas, inviertas dinero, sueños, esperanzas y todas las ganas del mundo, el partido ya tiene un resultado final y lamentablemente no es favorable para tus intereses. Y todo ello manteniendo la entereza en la media de lo posible ante tu familia y ese apoyo incondicional de Elena, su esposa, y sus hijos Pacho y Siria de 20 y 18 años respectivamente.

El pasado jueves 29 de agosto el propio Luis Enrique anunciaba el triste desenlace en su cuenta de twitter: «Nuestra hija Xana ha fallecido esta tarde a la edad de nueve años, después de luchar durante cinco intentos meses contra un osteosarcoma. Damos las gracias por todas las muestras de cariño recibidas durante estos meses y agradecemos la discreción y comprensión. También agradecer al personal de los hospitales Sant Joan de Deu y Sant Pau por su dedicación y trato, a los médicos, enfermeras y a todos los voluntarios. Con una mención especial al equipo de curas paliativas de Sant Joan de Deu».

Y concluía: «Te echaremos muchísimo de menos pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volveremos a encontrar. Serás la estrella que guíe a nuestra familia. Descansa Xanita. Familia Martínez Cullel».

Palabras llenas de tristeza, de dolor, de comprensión ante una pérdida inevitable por culpa de una grave enfermedad que borra de cuajo la sonrisa de un hombre que tantas alegrías ha tenido a lo largo de su trayectoria deportiva, primero como jugador y posteriormente como entrenador y seleccionador, en la vida en vivo, en la realidad, donde todos somos iguales, da igual el dinero, la fama, el prestigio, porque cuando el cáncer ataca de esta forma, no hay salida.

Ahora comienza el partido más difícil, el más complicado, el día después, afrontar la vida sin Xana, esa niña que llenaba con su fuerza e ilusión una casa y un hogar, el de los Martínez Cullel, con dos hermanos ya mayores, y una niña que era y seguirá siendo pese a su triste adiós, el alma y la alegría de la casa. Se van sus sonidos, sus risas, sus abrazos y esos besos eternos que siempre regalaba a sus orgullosos padres, Luis Enrique y Elena, pero se queda lo más importante, sus recuerdos y la fortuna de haber podido disfrutar nueve años de Xanita como cariñosamente la llamaba su padre.

Perdurarán esos recuerdos que desde ya te hacen eterna querida Xana. ¡Hasta siempre!

Por: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker @Number1Sport

Foto: BBC