Del Nido y su Fábrica de sueños

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Nuestros números 1, Number1 opina

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Los años pasan pero los recuerdos siguen. Basta echar la vista atrás para saber de donde venimos y hacia donde vamos, a pesar de que en el mundo del fútbol la mejoría suele ser realmente leve…

Decía el filósofos Kierkegaard que «La vida sólo se puede comprender mirando hacia atrás, pero sólo se puede vivir mirando adelante». Y esa frase viene perfectamente como anillo al dedo al protagonista de hoy. En un mundo del fútbol donde la memoria es realmente leve, donde el hoy es pasado y el mañana un presente con fecha de caducidad inminente.

Donde los éxitos tienen un paso efímero, tan breve como el que dura una victoria que da paso a una derrota, justa o injusta, da igual, la palabra fracaso hace que aquellos que ayer te aplaudían, hoy te chillen. A mí, mis padres me enseñaron a ser agradecido, a no olvidar las raíces, ni las lecciones que me diera la vida. Y cuando echo la vista atrás, me acuerdo del mejor presidente de la historia, José María del Nido, precisamente ahora que parece podrá por fin disfrutar de ese preciado regalo llamado libertad.

Un Del Nido que supo recoger el testigo de Roberto Alés, clave en momentos de penurias, para de la mano de aquel niño de nombre José María y de apellidos Del Nido Benavente, cumplir aquella promesa que un día le hizo a su padre tras una derrota de su Sevilla del alma. «Tranquilo papá, no sufras por esta derrota, porque yo un día será presidente y haré un Sevilla FC grande y campeón».

Lo que en aquella tarde madrileña arrancó la sonrisa de un orgulloso padre, se convirtió bastantes años más tarde en una realidad, con aquel sueño que comenzó el año del Centenario y que a día de hoy continúa pese a no estar ya al frente del conjunto de Nervión. Porque los proyectos sólidos se mantienen en el tiempo, demostrando Del Nido aquella frase que repitió hasta la saciedad: «Lo único imprescindible en el Sevilla FC son su escudo, la bandera y la afición».

Escudo que pasea con orgullo este Sevilla grande y sin techo, bandera enarbolada en lo más alto de la Europa futbolística tras hacer historia en la UEFA Europa League, demostrando que esa competición es rentable, al contrario de lo que otros argumentaban, creciendo día a día hasta alcanzar la Champions League; y la afición, sin la que nada de esto tendría sentido, esa afición sevillista grande e inigualable.

Problemas personales, conocidos por todos y que no vienen ahora al cuento, hicieron que Del Nido tuviera que dejar la presidencia, con la pena de quien deja a un ser querido, pero con la tranquilidad y satisfacción que dejaba el club saneado, limpio, transparente y en lo más alto del escalafón. Transformando un Sevilla que no tenía ni para balones (Manolo Vizcaíno los vendió como rosquillas en las tiendas oficiales) en una fábrica de ilusiones. Haciendo de aquello que unos llamaban machadas del presidente, realidades a base de éxitos y títulos.

Sin importar los nombres y sí los hombres. Creyendo en los medios de comunicación y creando los suyos propios por aquello del poder de la prensa y el porqué de aquello del ‘Cuarto poder’. Confiando en su equipo de trabajo, respondiendo a las críticas con una sonrisa y su apaciguadora «Tranquilo ¿ladran? Señal de que cabalgamos».

Tanto ha cabalgado el Sevilla y tan serio ha sido su proyecto deportivo y económico, con dos pilares como Ramón Rodríguez Verdejo ‘Monchi’ y José María Cruz, que la Fábrica de sueños sigue perfectamente engrasada para que todo funcione como cuando el mejor presidente de la historia del Sevilla FC estaba al frente.

Por ello, ahora que llegan unas fechas especiales echo la mirada atrás, me transporto en el tiempo y rindo el merecido homenaje que mi presidente merece. Y digo mi presidente porque tuve la fortuna de trabajar siete años y pico junto a él, años en los que me curtí y aprendí, en los que compartimos risas y también discusiones, al enfrentarse cara a cara dos personas que dicen lo que piensan, y piensan lo que dicen.

Los años han pasado, todo el mundo disfruta de este Sevilla FC que sigue pisando fuerte, creciendo día a día, soñando y enamorando. Y lo más importante sin punto y final, sin techo en el que frenar. Yo, en cada victoria, cada derrota, cada vez que se levantó al caer, me acuerdo de las raíces de este proyecto ganador, forjado a imagen y semejanza de un loco soñador llamado: José María del Nido Benavente.

Abrazo fuerte amigo. Tu familia te espera.

JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker

Foto: SEVILLA FC