La pataleta de Cristiano no empaña a Bale

Escrito por José Miguel Muñoz. Creado en Más Fútbol, Number1 opina

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No era el momento, ni el día, pero el excesivo protagonismo de su compañero de equipo Bale tras su golazo de chilena hizo que Cristiano Ronaldo ‘amenazara’ con irse para sentirse querido.

Es la historia de cada verano: me quiero ir, hay que buscar nuevos horizontes, no estoy a gusto, no me siento querido… lo que haga falta para sentirse lo que más le gusta, el protagonista. Su paso en la gran final de la Champions League fue discreto y muy por debajo del obtenido por su compañero Gareth Bale que pese a no ser titular en el partido más importante del año a nivel de clubes, se llevó todo el protagonismo de la final.

Y eso parece que le dolió en exceso a Cristiano Ronaldo, el futbolista que mejor maneja el marketing que en plena fiesta del Real Madrid captaba el foco, casi por encima de las celebraciones, y con rosario serio al decir que había sido bonito estar en el Real Madrid. Hablando en el más presente blanco, con la décimo tercera Copa de Europa, de un futuro lejos del santiago Bernabéu.

Ni era el momento ni las formas para mandar el recaitro que quería a Florentino Pérez, que una vez más quiere marcharse, que quiere irse porque no se siente tan mimado por Super Flo como otros buques insignia de la entidad del Paseo de la Castellana, entre ellos el capitán Sergio Ramos, a quien le une una estrecha complicidad con el máximo mandatario blanco de un tiempo a esta parte.

Pero aunque captó la atención, porque evidentemente que CR7 diga que se quiere ir o que deje en el aire una posible salida siempre es noticia, no empañó el papel estelar del gran protagonista de la final pese a ser suplente, el gran sacrificado, el jugador más criticado junto a Benzema durante todo el año, y un futbolista que por su carácter siempre está en el punto de mira.

Con una final trabada, donde podía pasar cualquier cosa, tras superar el Liverpool el trago del error de Karius o la astucia de Benzema en el primer gol… apareció él. Bale, nada más entrar en el terreno de juego dio un golpe en la mesa para reclamar esa titularidad y protagonismo que ya había pedido en la previa a la final de la liga de Campeones. Con un golazo de chilena que sí, como dijo Toshack entra una de cada cien veces, pero que para fortuna blanca y grandeza del extremo galés, eligió entrar ese día tras salir con potencia de la bota del espigado Bale.

Era su forma de callar bocas, sin cambiar apenas la expresión de su rostro, sin necesitar amenazar con irse para buscar ese minuto de gloria y realizando una chilena espectacular apenas dos minutos después de haber entrado en el terreno de juego. Un gol que no queda empañado por nada ni por nadie y que hicieron de Gareth Bale el MVP de la final y entrar en la historia por su gol, como en su día lo hicieron Mijatovic, Zidane…

Hay quien compara que el galés también dejara ver su posible deseo de marcharse en sala de prensa pero nada que ver entre uno y otro ya que en el caso del portugués fue su forma de llamar la atención y captar la atención como el niño celoso del regalo que ha recibido su hermano. Una pataleta del niño mal criado y que quiere más.

El caso del galés es diferente, su toque de atención a su continuidad o posible salida del Real Madrid va más allá. No pide algo que ya tenga, sino algo que demanda y desea: Más minutos de juego, esa es la gran diferencia. Lo único que quiere es jugar más. Y mientras que lo consigue sin duda será recordado siempre como el hombre de la Final de Kiev, el galés que dio la décimo tercera Champions League.

Texto: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker

Foto: Defensa Central