La valentía de haber aceptado un cargo no lo exime a Rafel Gordillo, santo y seña del conjunto verdiblanco, de la responsabilidad de quienes recomendó en determinados puestos.
Lopera sabía perfectamente con la afición que se trataba; necesitada de alegrías por ese entonces, contó el rollo macabeo más grande la historia del Betis sobre lo que ponía y lo que se crucificaba para sacarlo adelante, a cambio de hacer lo que le dio la gana a lo largo de todos estos años. La consecuencia, además del lastre económico, debió haber sido el recelo crónico de un gentío desengañado con cánticos al sol que sólo han protagonizado una ruina a cambio de una alegría, más unos cuantos amagos. Nada más lejos de la realidad. El nombramiento de Rafael Gordillo como presidente del Betis es cuestión de analizarse: valentía añadida más el saber, por parte de quien lo propuso como administrador judicial, que pocos iban a tener las narices suficientes para destituirlo desde el ámbito de los recursos, llegaren a donde llegaren, porque claro, al mejor jugador de la Historia de 105 años de un club ponerlo de patitas en la calle es todo un acto de valentía que la sospechosa justicia no se iba a permitir. Sí, tal y como dijo Adolfo Cuéllar, han seguido sin poder con él. Pero el todo vale no puede valer, o el todo se perdona, o el “lo ha hecho lo mejor que ha podido”. Vientos astigitanos promovieron la sospecha de una gestión que dejaba bastante que desear en un club modesto que acabó mal parado y, aunque es razonable concederle una oportunidad de demostrar algo, no es de recibo haber recomendado gente afín y renovarla sin haber demostrado antes nada. El riesgo durante los años posteriores de la renovación de determinados contratos durante su mandato, como los de Vlada Stosic, ha sido, desgraciadamente, del cien por cien, en razón a lo que es la satisfacción que, para los aficionados en sí, cada vez va siendo menor y más clara.
Por si fuera poco, el serbio, único de los tres renovados que quedan en el club (recuerden a Vidakovic y José Antonio Gordillo), se permite minar el campo de un Pepe Mel en horas bajas tras haber perdido determinados papeles en el transcurso de los últimos partidos, creando un debate absurdo que sólo da de comer a periodistas aburridos con ganas de justificarse el sueldo. A los fracasos de no pocos fichajes de la temporada pasada, el controvertido Nosa, sin regularizar su documentación, lleva más de un mes cobrando sin siquiera entrenar, a expensas del expediente disciplinario de turno, que bien le compensará con lo obtenido en premios de la Copa de África, tales como tierras, dinero, y otros beneficios de dudosa moral. Ya deberían haber tomado cartas en el asunto los que mandan en esto, porque además de llover sobre mojado, lo que Pepe Mel no entrene en el Betis se cae de boca, y si no, miren la destrozada cantera que no tiene ni director al día de hoy; el fracaso de los fichajes más caros debería ya haber sido para estudiar al secretario técnico y lo que hace, puesto que, Pepe Mel ya se le apartó de pedir nombres tras el fiasco de Matilla. ¿Será que Stosic es afín a Gordillo?. ¿Será lo caro que cuesta despedirlo? ¿Serán las dos cosas? Gracioso que Pozas no haya actuado, aunque claro, sólo actúa cuando se habla de césped. La verdad es que le vendría bien ser vegetariano. Twitter: @betis_com_es
