En su etapa como jugador del Sevilla FC, me contaron cosas, muchas cosas, de Sergio Sánchez.
Algunas fuertes, otras muy fuertes… y algunas hasta incomprensibles.
Jamás entendí como desde el propio club se le tapó tanto a este futbolista, uno de los cabecillas de que el vestuario del Sevilla FC en la pasada temporada fuese todo un desmadre. No voy a defender yo ahora a Gregorio Manzano, ni mucho menos, pero pobre del entrenador que se encuentre con lo que había el año pasado en el vestuario de Nervión. Vaya elementos… Para mí Sergio Sánchez tuvo una salida muy digna del Sevilla FC, una salida que no se merecía para lo poco profesional que fue en su etapa como jugador sevillista. Pienso que Sergio Sánchez tiene que agradecerle mucho a una entidad llamada Sevilla FC, porque si Sergio Sánchez sigue hoy jugando al fútbol es, sin ninguna duda, gracias al Sevilla FC. Fíjense si los sevillistas estuvieron con Sergio Sánchez, que cuando ya pasó todo y el futbolista volvió a jugar, perdón, a ponerse la camiseta que deshonró con su nula profesionalidad, jamás tuvo la afición sevillista ni una mala palabra hacia él, cosa que sin duda se había ganado a pulso. Pues bien, ante la visita del próximo domingo a Málaga del Sevilla FC, el señor Sergio Sánchez no tiene otra cosa que decir lo siguiente: Para mear y no echar ni gota con este «desagradecido» llamado Sergio Sánchez. Yo creo que este futbolista no tiene los pies en el suelo desde mucho antes de que un compañero lo levantase por el cuello en aquel vestuario. Como está el patio en Málaga con el Sevilla FC… para que ahora Sergio Sánchez meta leña en el fuego de modo tan incomprensible como irracional. No sé realmente lo que el Sevilla FC y su afición ha significado en la vida de Sergio Sánchez, pero lo que no tengo ninguna duda es que Sergio Sánchez ha recibido del Sevilla y de su afición muchísimo más de lo que este mal profesional les ha entregado, pero infinitamente más. Sergio Sánchez tiene que tomar algo que sin duda le afecta a su memoria, porque de otra manera yo no entiendo lo que este jugador manifestó el pasado 2 de julio al Diario ABC: Flaca memoria la de Sergio Sánchez hacia un club que no sólo le «devolvió la vida» como él mismo dijo hace apenas seis meses, sino que se tragó sapos para no decirle al mundo entero la clase de jugador, y yo añadiría que hasta la clase de persona, que es Sergio Sánchez. Ese mismo que cuando habla ante los medios de comunicación parece que jamás ha roto un plato. Y no vea la de vajillas enteras que lleva rotas el chaval… Después de meter la pata hasta el cuello, en su Twitter personal Sergio Sánchez manifestó que «siente mucho que se hayan malinterpretado sus palabras». O lo mismo es que ir sin luces por la vida te hace ser un desagradecido, perder la memoria… y hasta vivir de espaldas a la realidad. Porque a diferencia de lo que sí ya te ha hecho esa afición malagueña a la que ahora tanto admiras, aquí en Sevilla, y aunque te lo merecieses sobradamente, jamás se te hizo cosas como esta que se han visto en Málaga:
No le faltó ni el más mínimo detalle para afrontar aquella operación. Ni detalles, ni pruebas, ni médicos, ni predisposición, ni apoyo económico… ni mucho menos apoyo moral, porque la afición del Sevilla FC, esa misma a la que ahora critica Sergio Sánchez, estuvo con su futbolista en todo momento.
«Cuando las cosas no van bien en el Sevilla pues todo el mundo es muy malo y cuando las cosas van bien todos son unos fenómenos, y en el mundo del fútbol no se puede ser tan radical.
Sin embargo en el Málaga saben bien de dónde vienen, saben que hay una oportunidad buena aquí, nos dan apoyo y el calor a pesar de que los resultados no van viniendo. La exigencia es buena, pero no cómo la traslada la afición del Sevilla. Con pitos, a base de llamar mercenarios a los jugadores, decir qué malos son, la forma de hacer ver esa exigencia no creo que sea buena, porque todo el mundo quiere ganar y hacer las cosas bien».
«El Sevilla me devolvió la vida y eso nunca lo olvidaré».
No Sergio, no, de malinterpretar nada, basta ya de culpar al mensajero. Si no has medido bien lo que decías ni la repercusión que esto iba a tener… lo primero que tienes que hacer es sacar la patita y pedir disculpas, que ya es hora de que seas maduro de una santa vez.
Twitter: @NachoMateos
