El técnico del Sevilla FC, Julen Lopetegui, se encuentra a las puertas de completar una temporada de matricula de honor. El vasco, que aterrizó en nervión bajo innumerables críticas y dudas, le ha dado la vuelta a las opiniones contrarias a base de trabajo y fiabilidad. Monchi confió su proyecto en él cuando nadie más lo hacía y los resultados le han dado la razón.
Año de transición, de construcción de un proyecto ambicioso, pero a largo plazo. Esa era la máxima que defendió Monchi tras su comenzar su trabajo al inicio de esta temporada. En el club sabían que el Sevilla debía volver a definirse, tenía que encontrar ese gen competitivo y ganador que parecía haber olvidado. Y el elegido para encabezar el proyecto fue, para sorpresa de todos, Julen Lopetegui. El mismo Lopetegui que se fue de la Selección Española semanas antes de competir un mundial. El mismo Lopetegui que no había triunfado más que en los escalafones inferiores de la propia selección, pero no a nivel de clubes. El mismo Lopetegui que venía de fracasar en el Real Madrid, club al que se marchó tras su destitución por la RFEF. Las dudas, la crítica, los prejuicios y su pasado venían de su mano. Pero, una vez más, la confianza de Monchi en sus acciones volvió a triunfar. El gaditano confió en él pese a todo lo que le envolvía. Vio su ilusión, sus ganas de trabajar, su necesidad de reivindicación y le dio las llaves de un proyecto que desde el primer día iba a brillar. Julen Lopetegui llegó, armó un equipo sólido, lo hizo inexpugnable y avanzó por las competiciones bajo una identidad reconocible.
Su Sevilla atravesó dudas y críticas, como siempre ocurre en cualquier temporada nervionense, pero fueron más los aciertos y los triunfos. Llegó a diciembre en puestos Champions con una plantilla entregada por Monchi pero exprimida por él. Superó los baches de principios de año, la eliminación copera y aguantó en los puestos altos hasta el parón por Covid19. Su Sevilla era entonces ya un gran equipo. Pero todo iba a cambiar, para mejor, tras el parón. Esa solidez, ese fondo de armario de la plantilla y esa confianza ciega del grupo en la idea se intensificó. Imbatido en Liga, afianzó la cuarta plaza empatando con la tercera, venció el derbi con claridad y compitió en cada partido demostrando un alto estado de forma. Llegaba entonces la prueba de fuego de la Europa League, donde iba a volver a sorprender. Analizó bien a Roma, Wolves y United, planteó adecuadamente los inicios y modificó cuando el partido lo pedía demostrando una excelente dirección de campo. Ahora, a las puertas de la sexta final europea sevillista, se puede decir que Lopetegui nos ha callado a todos. Ahora, a las puertas de la sexta final europea sevillista, ha conseguido que todos nos subamos a su barco. El barco de Julen. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Foto: QUICO PÉREZ VENTANA @perezventana
