El Sevilla FC salió goleado de Montilivi pese a adelantarse en el marcador. Solo 10 minutos buenos tuvo el equipo de Quique Sánchez Flores, principal culpable de una derrota con los mismos protagonistas de siempre: no hay defensa, no hay centro del campo, ni hay portero. Lo que sí parece haber es delantero, pues Isaac fue de lo poco salvable de un Sevilla que se hunde y lo peor es que ya no sorprende a nadie.
GIRONA: Gazzaniga, Yan Couto, Juanpe (Antal, minuto 30), Blind, Miguel, Iván Martín, Yangel Herrera (Solís, minuto 65), Tsygankov (Valery, minuto 66), Sávio (Pablo Torre, minuto 73), Portu y Dovbyk (Stuani, minuto 73). SEVILLA FC: Dmitrovic, Jesús Navas, Nianzou, Sergio Ramos, Badé (Marcao, minuto 46), Pedrosa, Sow (Agoumé, minuto 77), Joan Jordán, Suso (Hannibal, minuto 62), Ocampos (Mariano, minuto 77) e Isaac (Lamela, minuto 62). GOLES: 1-0, minuto 10: Isaac; 1-1, minuto 13: Dovbyk; 2-1, minuto 15: Dovbyk; 3-1, minuto 19: Dovbyk.; 4-1, minuto 56: Tsygankov; 5-1, minuto 89: Stuani. Árbitro: Pablo González Fuertes, del colegio asturiano. Amarillas para Sow y Hannibal. Incidencias: Estadio Montilivi ante 10.000 espectadores El Number 1 del partido: Isaac El año del Sevilla es de indigestión constante. No parece encontrar la solución para mantenerse en Primera División, al menos dependiendo de sí mismo. Era normal caer ante uno de los mejores equipos de Europa en la actualidad, pero la forma dolió más de la cuenta. El ataque de entrenador de Quique con marcas individuales le costó caro a su equipo y lo peor es que no deshizo nada pese a un problema de fácil detección.
Después de hacer lo más difícil como adelantarse en Montilivi y dando unos 10 primeros minutos de equipo valiente, se pegó un tiro en el pie. Navas jugó para perseguir defensivamente la marca de Miguel Gutiérrez y Savinho quedó emparejado con un Nianzou al que superaba en cada acción. En 6 minutos el Girona marcó tres goles, desarbolando al Sevilla y dinamitando cualquier opción de sorpresa. Ahí murió el equipo, que jugó a merced de un Girona que nunca vio peligrar su portería. Al contrario de un Sevilla que defendía con 5, pero lo hacía mal pues el sistema defensivo no funcionaba y encima no tiene un portero que se imponga con seguridad. Para colmo, Quique Sánchez Flores no mostró tener lectura de partido ni realizó cambios lógicos para intentar cambiar la situación. El Girona acabó matando a un equipo ya muerto. De nuevo sale tocado y casi hundido, otro varapalo más. Poca ilusión le queda al sevillismo esta temporada y puede esfumarse el próximo jueves. La suerte de este Sevilla es que la salvación está barata, si no, se vería un auténtico drama en Nervión. El tiempo corre en contra y nadie encuentra como cambiar el rumbo. El pesimismo aumenta y nadie cambia nada. Vayan temiendo lo peor. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: Sevilla FC
