No hay apenas tiempo para lamentaciones y aunque el contrato del técnico finalizaba el próximo 30 de junio, el Real Betis ha querido cortar de raíz y poner punto y final a la etapa de Quique Setién.
Fin al culebrón Quique Setién que se va del Real Betis, o mejor dicho, le echan, por ese divorcio que desde hace meses existe entre el técnico y la afición, y que ha hecho que sus principales valedores hayan decidido lavarse las manos para que no les salpique a ellos, y así dar su brazo a torcer y romper de cuajo ese proyecto de tres años que termina antes de tiempo, por culpa precisamente de que se adelantaron los frutos en la primera temporada con la clasificación europea, lo que hizo que en la segunda campaña las exigencias hayan sido mayores.
No ha sido un año del todo malo para el Real Betis, que comenzó bien, llegó lejos en la Copa del Rey, hasta caer en las semifinales ante el Valencia cuando más fácil lo tenía, y al que le pesó demasiado la eliminación en la UEFA Europa League ante el Rennes de forma humillante tras la magnífica renta que había sumado en tierras francesas, con un empate a tres goles que le daba tregua para que le valieran todos los empates posibles…
Pero no supo amarrar el choque en el Benito Villamarín, donde los galos fueron muy superiores al Betis y donde Quique Setién firmó prácticamente su billete de salida ya que desde entonces la situación se hizo aún más complicada de lo que había sido hasta la fecha. El divorcio entre grada y banquillo era claro, tanto que el palco comenzó a ver como también era señalado cuando las cosas no salían al seguir Setién fiel a su estilo, tan cabezota como fiel a su filosofía de fútbol.
Pero lo que se esperaba ha sucedido en lo que podemos decir que fue la ‘muerte’ de una crónica anunciada. Porque Setién estaba sentenciado; pero no por la grada ni por el palco, que siempre ha sido el principal sustento del técnico personalizado en las figuras de Ángel Haro y López Catalán, sino por Serra Ferrer que dejó de confiar en Setién hace tiempo hasta el punto que el diálogo entre uno y otro era existente desde hace meses. Esa ha sido la principal causa de la salida del técnico del Real Betis.
La relación entre Serra y Setién era cero. La cabeza visible del proyecto deportivo no entendía que el técnico no fuera capaz de sacar mayor rendimiento a una plantilla buena , mejor que la del año anterior, a la que sin objetivos altos lo llevó a la cima con la clasificación para la UEFA Europa League. Y el técnico, le achacaba a Serra Ferrer que no le hubiera traído ninguno de los dos delanteros que le pidió en su momento para reforzar el ataque bético. Desde entonces, rompieron relaciones y el Betis lo pagó.
De hecho, es al único que no citó el técnico en su carta de despedida donde no dijo todo lo que pensaba pero que luego ha aclarado cuando le han preguntado al respecto. «¿Que no he citado a Serra en mi carta de despedida? Hace mucho que no hablo con él, se me habrá olvidado citarle». Y sentenciaba: «El club quería que siguiera», dejando claro que el problema de su salida fue, es y ha sido Serra Ferrer.
No existía la comunicación entre el capitán de la nave y el encargado de dirigir la orquesta y el equipo lo fue acusando poco a poco, tras brillar por momentos en la primera parte de la Liga e ir perdiendo fuelle en la segunda, donde ha sido uno de los equipos más vulnerables de la segunda vuelta del Campeonato. En su haber, las victorias ante el FC Barcelona y el Real Madrid, pero claro, puntos que no son de su Liga.
Cuando se le ha preguntado a Setién si volvería al Betis ha respondido que sí, respuesta políticamente correcta, si me apuran, es la primera vez que ha dicho lo que no pensaba. Porque el técnico tardará mucho tiempo en olvidar la segunda campaña vivida en el equipo verdiblanco y donde los aplausos y palmadas en la espalda del primer año, se tornaron en pitos y un malestar continúo. Ya saben, fútbol… es fútbol.
Texto: JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Nuevo Fútbol
