Ridículo espantoso, histórica humillación… Sevilla FC 5 Real Betis 1 ¿Silencio por respuesta?
Qué mala es la soberbia y qué malo es pecar de justo lo contrario. Lopera puso tan bajo el listón de pedir disculpas ante las barbaridades cometidas que ahora la inercia esagachar la cabeza, como si con eso estuviera todo solucionado. Dos veces, dos, han tenido que plegar las orejas ante el público que aún paga en menos de una semana: la primera por tratar al respetable como aves de corral a la hora de adquirir una entrada para el derbi, y la otra para excusarse ante el más espantoso de los ridículos que he vivido a mis cuarenta y un años.
Ver que en el segundo 12 de partido te meten el primero es peor que a la niña del exorcista pidiéndote relaciones sexuales, porque toda España sabía que la única carta del Sevilla era echarle bemoles al partido; si hubiésemos mantenido la cabeza fría veinte minutos quizá otro gallo cantaría, pero eso era vox pópuli para todo el mundo, menos para los vegetales que andaban por el césped. Mel, cuya disposición táctica cayó apenas a los veinte minutos de partido, decidió quitar a Cañas para poner a un Pereira que estuvo toda la temporada pensando en Vigo. Tras todos ellos, Stosic: ése incomprendido que ficha negocios en vez de jugadores.
Resultará curioso ver cómo este Consejo, encabezado por el olvidadizo Guillén, querrá pasar página cuanto antes, aunque tengan que aguantar el tirón del Madrid y compañía que viene ahora, soportar goleadas y contestar con frases solemnes con la continuidad del entrenador, como si fuera el míster quien estuviera en entredicho. A todo lo demás, una afición intachable que, además de aguantar el corral en el Villamarín, tuvo que vivir cinco goles, cinco, lo peor desde…
La enhorabuena a un Sevilla FC que puso los cascarones que al Betis le faltaron; y al Consejo de Administración del Betis, la felicitación correspondiente: ya han pasado a la historia. Todos fuera, mequetrefes, ni uno más en el club.
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