El Sevilla FC sacó un punto en Copenague que sabe a poco. Lopetegui priorizó la portería a cero y confiar en la mayor calidad de los suyos para ganar, pero no fue así. El ataque hispalense sigue siendo muy encorsetado y ante cualquier equipo que defienda medianamente bien cuesta hincar el colmillo. El mejor fue Isco, la única luz en un equipo lleno de sombras, con poco físico y lejos de su nivel.
COPENAGUE: Ryan; Diks, Vavro, Khocholava, Kristiansen; Stamenic; Zeca, Johannenson (Sorensen 87′), Falk (79′ Lerager); Claesson (Haraldsson 79′) y Daramy (Mukairu 73). SEVILLA FC: Dmitrovic; José Ángel Carmona, Gudelj, Kike Salas, Telles; Fernando, Delaney (Joan Jordán 66′), Rakitic (Papu Gómez 67′), Isco (Januzaj 83′); Lamela (Suso 73′) y En-Nesyri (Dolberg 73′). Árbitro: Irfan Peljto (Bosnia). Amonestó con amarila a Daramy, Claesson, Carmona y Jordán. Goles: no hubo. Incidencias: Parken Stadion de Copenhague (Dinamarca). El Number 1 del partido: Isco No arranca el Sevilla en Champions. En realidad, no parece que este Sevilla arranque en ninguna competición. Ante rivales mejores cae con facilidad y ante equipos de menos calibre o sufre o no les mete mano. Hoy era un partido para ganar, para demostrar que se quiere revertir la situación, pero faltó rebeldía ofensiva. Lopetegui prefirió la portería a cero hasta el minuto 65 y ahí, salvo chispazos de Isco, la plantilla no acompañó. La primera parte fue la típica que hemos visto con Lopetegui en estos cuatro años. Dominio con balón, poco bagaje ofensivo y mucha posesión anodina. Un Sevilla que a pesar de querer la pelota no parece que busque hacer daño con ella, sino defenderse. Lopetegui sabía que caer ante un rival como el Copenague firmaría su sentencia y basó su planteamiento en ganar por la calidad más con que argumentos.
Porque tras una primera parte de mas a menos, en la segunda fue la nada absoluta. Al menos, los primeros 15 minutos. El Copenague ya había detectado bien cómo presionar al Sevilla y lo desactivó tanto al final de la primera como al principio de la segunda. La entrada del Papu y Jordán pareció cambiar las tornas, pues Isco encontró más socios y el Sevilla se plantó unos minutos en campo rival con asiduidad. Fue un espejismo. Los cambios del Copenague, claramente físicos y hechos para volver a frenar a su rival, apagaron cualquier reacción. A Isco, que lo movía prácticamente todo en ataque, se le acabaron las fuerzas y ninguno de los cambios tuvo peso alguno en ataque. Ni Suso, ni Dolberg ni Januzaj. El Sevilla denotó una falta de automatismos ofensivos preocupantes. Y es que el ataque se basa en la genialidad de sus jugones. Si los jugones no aparecen, no hay ataque. Lo positivo fue que mantuvo por primera vez en partido oficial la portería a cero. Es un comienzo, pero insuficiente. El Sevilla necesita sumar de tres en tres y Lopetegui más si no quiere recoger el finiquito. El domingo ante el Villarreal tendrá la prueba más difícil de todas. Podríamos estar ante el último partido del vasco, que está siendo el menos culpable en esta semana de la situación. Pinta a semana movida pre parón de selecciones. Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm Fotos: Sevilla FC
