El Sevilla FC se ha hecho con el atacante argentino Erik Lamela, procedente del Tottenham, a cambio de vender a su principal futura estrella, Bryan Gil. La operación se ha cerrado por 25 millones más el ex de River, que llega a Nervión para aumentar la calidad en tres cuartos de campo y competir un puesto con Suso.
No parece haber sentado bien en el sevillismo la venta de Bryan Gil, futuro diamante hispalense, al menos, en una parte de él. El de Barbate está llamado a ser un jugador muy importante en el panorama mundial, sin embargo, no encaja en el Sevilla. No al menos para Lopetegui, que prefiere otro tipo de jugador, precisamente, como Erik Lamela, que ha entrado en la negociación. El argentino forma parte de ese tipo de fichajes made in Monchi: jugador con enorme calidad pero estancado que busca volver a recuperar su mejor nivel. Es cierto que tras ocho temporadas en el Tottenham, Lamela no ha terminado de despuntar, quizá por las lesiones o quizá porque no ha podido dar su mejor versión en una liga como la inglesa. Sí dio su mayor rendimiento en Italia, su primer desembarco en Europa tras salir de River Plate.
Y es que Lamela es un jugador con tremenda calidad. La Roma lo fichó por sus cualidades y potencial, que rápidamente llamaría la atención de numerosos clubes. Zurdo, con arrancadas y cambios de ritmos cortos pero constantes, buena visión de juego y excelente último pase. Una versión de Franco Vázquez, quizá, más dinámica en sus movimientos, así podríamos definir al bueno de Erik. A priori será competidor de Suso en la banda derecha, salvo que Lopetegui busque un nuevo esquema en el que poder encajarlos a ambos, ya que Lamela también puede actuar de mediapunta. Lo que parece claro es que el técnico vasco quiere sumar toda la calidad posible en los metros finales con el objetivo de hacerse fuerte con balón y dañar en los ataques posicionales. Un fichaje hecho a medida para un Sevilla dominante. Por : David Ruiz @david_ruizm Fotos : SEVILLA FC
