David Ruiz

Sevilla FC 2 – 1 Manchester United – El sueño de volver a tocar plata se hace realidad

Escrito por David Ruiz. Creado en Sevilla FC

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El Sevilla FC jugará su sexta final de Europa League tras ganar por 2-1 al Manchester United. Los ingleses se adelantaron de penalti, pero consiguió empatar antes del descanso. En la reanudación, el equipo de Solkjaer fue un rodillo que solo pudo sostener Bono, héroe de la noche. De Jong hizo el segundo para dar la victoria y volver a meter al Sevilla en la historia de la Europa League.

SEVILLA FC: Bono; Navas, Diego Carlos, Koundé, Reguilón; Banega, Fernando, Jordán (Gudelj, m. 87); Suso (Franco Vázquez, m. 75), Ocampos (Munir, m. 56) y En-Nesyri (De Jong, m. 56).

MANCHESTER UNITED:  De Gea; Wan-Bissaka (Mata, m. 87), Lindelöf, Maguire, Williams (Fosu-Mensah, m. 87); Fred; Greenwood (Ighalo, m. 93), Pogba, Bruno Fernandes, Rashford (James, m. 87); y Martial.

GOLES: 0-1, m. 8: Bruno Fernandes, de penalti. 1-1, m. 25: Suso. 2-1, m. 77: De Jong.

Árbitro: Felix Brych (Alemania). Mostró tarjeta amarilla a Williams, Diego Carlos, Rashford, Maguire y Munir.

Incidencias: Rhein Energie Stadion de Colonia (Alemania)

El Number 1 del partido: Bono

El idilio del Sevilla FC con la Europa League solo se entiende por noches como estas. Un Sevilla inferior a su rival, que incluso concedió cuatro ocasiones cantadas que, de no ser por Bono, habrían cambiado las tintas rojiblancas que se verterán esta noche. Esta es su competición, no hay más. No existen análisis, ni argumentos para explicar el por qué, pero este Sevilla de nuevo ha llevado a los suyos a otra final.

El análisis, sin duda, debe incluir que el Manchester United hizo un auténtico partidazo. Fue superior en gran parte del partido, especialmente en los primeros 20 minutos de la segunda mitad, pero no iba a ser suficiente. Y eso que se adelantó pronto de penalti, obra de Diego Carlos, para demostrar, posteriormente, que su contragolpe y sus asociaciones en tres cuartos son de primer nivel.

Un señor equipo que obligó al Sevilla a dar el máximo de sí mismo, que estuvo bien con balón, pero mal sin él. El United cedía el esférico a su rival y castigaba sus pérdidas. Ahí los ingleses volaban como aviones y merodeaban con facilidad el área hispalense. Los de Lopetegui no conseguían cerrar la sangría, pero iban a encontrar el premio del gol en una de sus llegadas.

Pase profundo de Ocampos hacia un desmarque interior de Reguilón que servía con precisión a Suso en el segundo palo. La indecisión de la zaga «Red» ayudó, y el gaditano no falló. Tras el gol, el Sevilla respiraba, pues había encontrado oxígeno ante un nivel altísimo de su rival. Nivel que no bajó. El United siguió insistiendo, remató dos disparos que se fueron por poco y merecieron más.

Pero esto es la Europa League. Si perdonas, pagas y más si enfrente tienes al pentacampeón. Eso sería lo que iba a ocurrir en la segunda mitad. El equipo de Solkjaer iba a ser un auténtico rodillo. Descosió al equipo hispalense por dentro y por fuera, robaba rápido y llegaba con facilidad. Se mascaba la tragedia en cada acercamiento, pero iba a aparecer un héroe: Yassine Bono.

El marroquí iba a salvar a los suyos en varios mano amano que se cantaron gol. Rashford, Martial y Greenwood se toparon con un portero que tuvo su noche, sostuvo en el mejor momento a su equipo y dio vida y fe. Quizá la frustración de no meter las que tuvo frenó el ímpetu de un United que se fue desinflando a partir del 60.

Banega, hasta entonces muy gris, cogió las riendas junto a un inmenso Jordán y el Sevilla consiguió respirar por primera vez en la segunda mitad. Lopetegui ya había movido el banquillo para buscar reacciones y le iba a salir a la perfección. Entró Munir por un lesionado Ocampos y De Jong por un desfondado En-Nesyri. El holandés iba a ser el segundo héroe de la noche.

No estaba generando ocasiones el Sevilla, pues su principal misión en ese tramo era desactivar a un United muy enchufado. Lo estaba consiguiendo con un fútbol control que no generaba remate, pero iba a aparecer una. Una única oportunidad que iba a aprovechar a la perfección. Centro lateral de Navas medido que De Jong aprovechaba entre, de nuevo, la indecisión de la zaga para hacer el segundo.

El Sevilla golpeaba con su escudo, con su historia, con el aliento de sus aficionados y con su fe. Solo a través de argumentos extrafutbolísticos se entiende que el pentacampeón se adelantara en el marcador. Bono había obrado el Milagro y De Jong lo certificaba. Quedaban 15 minutos y tocaba volver a ponerse el mono de trabajo. En frente, una nueva final, la sexta de Europa League. No se podía escapar.

Y no se escapó. Lopetegui introdujo a Gudelj para cerrar aún más los espacios interiores y Solkjaer metió toda la artillería que tenía. El Sevilla supo sufrir, cerró mucho mejor que en el inicio e impidió acercamientos a puerta de los ingleses a pesar de tener en estos minutos el monopolio del balón. Resistió para entrar en una nueva final. Una nueva final de su competición.

El viernes tiene una nueva cita contra un rival que conocerá mañana, pero en el club son conscientes que lo de esta noche ha sido el golpe de moral necesario para afrontar lo que se venga. No le teme a nadie, este Sevilla es capaz de todo. Tiene la sexta Europa League entre ceja y ceja y no parará hasta conseguirla. El sevillismo vuelve a soñar con tocar plata otro año más.

Twitter: DAVID RUIZ @David_ruizm

Foto: Sevilla FC