Tremenda victoria de Joaquín Rodriguez en el quinto monumento del ciclismo del año. Una vez más, el Giro de Lombardía no ha defraudado a nadie y ha vuelto a ser una carrera tremenda, espectacular, durísima y marcada como casi todos los años por el frío y el agua.
El guión establecido ha sido el de todas éstas carreras de un día. Ataques y más ataques para lograr la fuga buena hasta que se hizo. No tuvo nunca ningún futuro pues las ventajas no fueron nada importantes jamás. Todo ésto ocurría antes del muro de Sormano. Había terror a ése trozo de tierra que sube hasta el 25% de denivel. Y ahí se rompió todo. Ahí se acabó la fuga y ahí por desgracia acabaron las aspiraciones de tres hombres que estaban entre los favoritos para ganar éste monumento del ciclismo. Luca Paolini, Alessandro Ballan y Philippe Gilbert, ni más ni menos, se fueron al suelo en el descenso del muro, peligrosísimo en seco, así que en mojado no me lo quiero ni imaginar. Se fueron al suelo en la misma caida, provocando el abandono de éstos corredorazos que aspiraban a todo en ésta prueba, destacando sobre todos Gilbert que hace seis días saboreaba las mieles del triunfo en Limburg, y hoy ha probado la cara amarga, no ha podido lucir demasiado tiempo su maillot arco iris recién estrenado para ésta ocasión. De ahí al final ni un metro llano, ni doscientos metros seguidos sin curvas, y mucho frio y agua. Un infierno en el norte de Italia. Lo han probado muchos,Kolobnev, Gorka Verdugo, Cunego, Hesjedal, De Weert, etc etc, pero hoy Katusha olía sangre con Purito, y allá que puso a Alberto Losada a tirar contra todo y contra todos. Y vaya si tiró. Alberto Losada ha sido el asistente de lujo hoy de Purito, ha sido el Jesús Navas de Katusha, le ha dicho toma Joaquín, metelá. Y así lo ha hecho el sensacional corredor catalán. En la última subida de la clásica lombarda Purito ha arrancado en el tramo del 14%, arranque marca de la casa. Le contestó Alberto Contador pero no le pudo echar mano, y Joaquín logró coronar con unos diez segundos.