Gracias a que el Comité Antiviolencia sólo presta atención a los hechos que suceden en algunos estadios (yo diría que exclusivamente en el Ramón Sánchez Pizjuán) y no en todos como debiera, siguen sucediendo hechos lamentables como los ocurrido el pasada sábado en el Reyno de Navarra.
Vuelvo a reiterar lo que vengo escribiendo desde que el Sevilla FC visitó el Vicente Calderón y muchos miles de aficionados se mofaron de la memoria de Antonio Puerta: hay muchos cafres en las gradas sí, pero también muchos irresponsables en los despachos. Y gracias a que Antiviolencia no hace su trabajo, ocurrió otro desagradable capítulo el pasado fin de semana en Pamplona en el partido CA Osasuna-Real Zaragoza.
El artículo titulado ASÍ NO SE ANIMA, es de María Vallejo para el Diario de Navarra:
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ASÍ NO SE ANIMA.
Un sector del Reyno de Navarra protagonizó un tristísimo espectáculo durante todo el partido al no cesar en su empeño de insultar al Zaragoza, a su afición e incluso agredir verbalmente a su máxima figura religiosa, la Virgen del Pilar. Fue un compendio de los peores cánticos posibles que enfrentó a esta parte del estadio con el grupo de ultras del Zaragoza, los Ligallo, cuyo comportamiento, sin ser notorio por su escaso número, fue también reprobable.
Comenzó el encuentro con una tibia crítica del público a Mendilibar por sus declaraciones. Cuando se escuchó su nombre en megafonía hubo algunos pitos, pero no pasó a mayores.
Pero pronto se centró el sector más radical del Reyno en el enemigo. «Puto maño el que no bote», se cantó. Fue el primero de una larguísima y penosa lista que continuó con el mencionado ataque a la Virgen del Pilar y el saludo a los Ligallo, que entraron custodiados por la Policía en el minuto 15: «Que se vayan de una puta vez, que no los queremos ni ver».
El ambiente se caldeó por momentos desde la presencia de este grupo de ideología ultraderechista en Tribuna Alta. «Sois españoles y sois hijos de puta» y «Una explosión de goma 2 y que le den por el culo a Aragón» fueron dos de los penosos ejemplos con que continuó el partido.
Los goles de Osasuna, faltaría más, se celebraron. Pero este sector radical de Graderío Sur siguió a lo suyo. «Ser Ligallo es ser un subnormal» se cantó.
En ese momento, el videomarcador mostró una petición: «siguiendo instrucciones de la Comisión Antiviolencia, se ruega no se profieran insultos entre ambas aficiones». Fue inútil.
Los Ligallo saludaban con el signo fascista y hacían amenazas de dudosísimo gusto a los espectadores de su alrededor.
El «Lafita muérete» o el «Puta Zaragoza y puta Aragón» continuaron el camino por el pésimo mal gusto. El mejor partido de Osasuna esta temporada era el peor en lo que ambiente se refiere.
Los cambios de los jugadores fueron ovacionados, en lo que fue un oasis de osasunismo en medio de un encendido antizaragocismo de este grupo minoritario pero muy ruidoso.
Aún quedaba el cántico «La Romareda puta pocilga, donde se juntan Ligallo y Policía».
Osasuna pidió al encargado de la megafonía que subiera los decibelios para intentar evitar lo inevitable, el sonrojo del Reyno.
Debido a esta circunstancia, acentuada con el posterior y lamentable apedreamiento del autobús, Reyno de Navarra fue durante varias horas de la noche trending topic, el tema más debatido en la red social twitter.
