Uno de los últimos genios del fútbol mundial dice adiós y pone punto y final a uno de los grandes jugadores del fútbol transalpino, un mago, un artista del balón.
Andrea Pirlo acaba de decir adiós, o mejor dicho hasta luego. Porque los grandes futbolistas como el italiano no se retiran nuca ya que siguen eternamente en nuestro recuerdo con su fútbol. Atrás quedan con su retirada, 22 años de profesional que han finalizados a sus 38 años en New York, la ciudad de los rascacielos que se han rendido, como el resto del planeta, a este talento del fútbol.
Parafraseando a Sócrates, no dudó titular su libro autobiográfico con un «Pienso, luego juego», que sin duda resume a la perfección su filosofía de fútbol, la forma de entender este apasionante deporte donde el balón sigue siendo el gran protagonista gracias al mimo de genios como Pirlo, el último grande que cuelga las botas. Sabiendo siempre qué hacer, tanto con el balón en los pies como sin el mismo cerca, creando esos espacios libres tan importantes en el fútbol.
Un futbolista de clase, elegante, y con una técnica tan depurada como inalcanzable para el resto del mundo. Rebelde con causa, no dudó en hacer de la magia su tarjeta de presentación, a pesar de llegar a un país donde el fútbol se entiende de otra forma: garra, fuerza, presión… de ahí que su fútbol de arte saliera a relucir con solo saltar al terreno de juego.
Por eso, brillar en un país donde a su Liga de fútbol se le llama Calcio, es decir patada, tiene más mérito si cabe que Pirlo llegara para poner lo que hace mágico este mundo del balompié. Este visionario del balón dice adiós en una Liga menor, en los Estados Unidos, pero dejando hasta el último instante la esencia de su magia y su clase; la misma que destapó a su paso tanto por la selección transalpina, como en los clubes que tuvieron la fortuna de disfrutar de su fútbol: Brescia, Inter de Milán, Reggina, Milán, Juventus y New York City FC.
Pases increíbles, ya fuera en corto o en profundidad, cambios de orientación medidos, asistencias que contaban como medio gol, potente chut, y la perfecta dirección de este arquitecto del fútbol que será recordado siempre como lo que ha sido: un artista del balón. Debutó con apenas 16 años en el Brescia y se va con 38 en el New York City FC, 22 años de carrera, 22 años regalándonos Andrea Pirlo, lo que mejor sabe hacer: arte.
JOSÉ MIGUEL MUÑOZ @tara11iker
Foto: Mimorelia y Fabio Ferrari
